Impreso el 13 de noviembre de 2024 Impresión
Instituto de Educación Secundaria Vicente Espinel, 7, Calle Gaona, San Felipe Neri, Centro, Málaga, Málaga-Costa del Sol, Málaga, Andalucía, 29012, España
La casa, que perteneció al Mayorazgo de Buenavista, fue erigida por Baltasar Francisco Guerrero Chavarino (1662-1709), hermano del primer conde de Buenavista. Posiblemente en el año 1706 encargó su construcción al arquitecto Felipe de Unzurrúnzaga, que había trabajado para su hermano en sus casas principales de la plaza de la Alcazaba, en la reconstrucción del Santuario de la Victoria, y también en la finca del Retiro de Churriana. Baltasar habitó en estas casas hasta su muerte, acaecida en el año 1709.
En el inventario realizado a su muerte se describe la casa, que tenía planta rectangular: sala principal, antesala, oratorio, escalera principal, corredores, galería, biblioteca con 217 ejemplares, guadarnés, sala baja, secretaría, recibimiento, cocina, despensa, repostería y varios cuartos.
La casa contaba además con jardines, fuentes, caballeriza y agua proveniente de la fuente de la Plaza de Montaño. La vivienda fue tasada por los alarifes públicos en 49.500 reales. La vivienda fue heredada en 1719 por su sobrino Pedro de Ahumada Guerrero, hijo de Urbano de Ahumada y de Inés Guerrero Chavarino, y presbítero de la catedral.
Ese mismo año la casa fue vendida a su primo Antonio Tomás Guerrero (1678-1745), segundo conde de Buenavista, en 60.000 reales. El padre Zamora afirmaba que el conde pretendía habitar la vivienda, tras su retiro. Por recomendación de Gaspar de Molina y Oviedo, cardenal y obispo de Málaga y Presidente del Consejo de Castilla. Antonio Guerrero Coronado cedió esta casa con el jardín a la Congregación de San Felipe Neri en el año 1739 para que fundara en este lugar la casa conventual.
En una estampa del manuscrito del padre Zamora, Gaspar de Molina aparece representado como Gobernador del Consejo de Castila y como obispo de Málaga, sentado y señalando con su mano izquierda los símbolos del poder y de sus devociones religiosas: la campanilla, las plumas en el tintero, el reloj marcando las 12 en punto, el crucifijo, y el libro en cuya portada hay un corazón atravesado por una flecha. Es un ejemplo de la devoción al Sagrado Corazón, propiciada por los filipenses.
A sus pies se hallan sus armas cubiertas con el capelo cardenalicio. Los monjes de San Felipe construyeron el convento junto a la vivienda, respetándola en gran medida, por lo que se han conservado hasta nuestros días la portada, las rejas de la ventanas, el zaguán, algunas rejas del interior, puertas y ventanas interiores (una de ellas, situada en la planta alta, conserva los escudos de los condes de Buenavista), la escalera de subida a la planta alta, algunas estancias de la planta noble, y sobre todo la zona del jardín, donde destacan las dos logias laterales con sus terrazas, la escalera de bajada al jardín, y cinco pinturas murales, ubicadas en las paredes de la terraza del lado izquierdo, que representan dos jarrones y tres bustos sobre pedestales, que representan a Hércules con la piel del león sobre la cabeza, Apolo o el Sol con la lira y una joven con casco terminado en un penacho de plumas y un collar de perlas, cuya identificación iconográfica no está nada clara. Son tres ejemplos de las esculturas mitológicas que poblaban los jardines españoles en los siglos XVII y XVIII.
Los condes de Buenavista tenían en la zona de Churriana un gran jardín, El Retiro, que estaba adornado con numerosas fuentes y esculturas de mármol, traídas de Génova. El jardín se inspira en el Jardín Patio del Retiro. Tenía cuatro cuadros de parterres, que dibujaban escudos heráldicos, en torno a una fuente central, rodeada con esculturas mitológicas de ascendencia genovesa, que procedían de los jardines del Retiro, a donde regresaron tras la donación a la Congregación de San Felipe. El jardín inicialmente construido por los Buenavista, siguiendo los modelos del jardín patio o jardín secreto a la italiana, en los que se habían inspirado los jardines construidos en los patios abiertos del Palacio del Buen Retiro de Madrid, y en el jardín de las Damas de los Reales Alcázares de Sevilla continuó desarrollándose y ampliándose con los filipenses.
En 1810 los franceses lo declararon como jardín botánico, y, tras su desamortización en 1835, se convirtió en un gran jardín botánico para la enseñanza a los alumnos del instituto, con once áreas y media y ocho cuadros, en los que se organizaban las distintas plantas, siguiendo los modelos de los jardines botánicos europeos y españoles. El jardín llegó a contar con más de mil especies vegetales, un herbario con 500 ejemplares, un invernadero para la aclimatación de plantas tropicales, y un invernáculo con estufa.
En 1879 se describía de la siguiente manera:
La glorieta a la derecha de la escalera que da ingreso al jardín es hoy un bonito aunque pequeño invernáculo, el cual tiene un fontín y siete maceteros de convenientes formas: en estos se hallan 561 macetas que constituyen una variada colección de plantas exóticas de adorno: el color violeta dado a los cristales asegura la mejor vegetación que en el mismo se fomenta. En la escuela agronómica, que sirve a la vez de escuela botánica, se ha destinado un cuadro a la sección de Pomología española, y en él están clasificados los árboles frutales por regiones de cultivo, desde las frutas de los trópicos como la ananá o piña de América, la palmera de coco, el aguacate y el banano, hasta las de la región de la vid representadas por el peral, el manzano y el avellano.
En los años siguientes se construyeron parrales de hierro y un amplio invernadero con cubierta de hierro acristalada. El hermoso aguacate, que hoy se conserva en el centro de lo que fue el primitivo jardín, es el último heredero de ese jardín botánico, creado en el momento, en el que los Heredia estaban construyendo los jardines de San José y de la Concepción, con los que debió estar relacionado.
De hecho en 1876 Tomás Heredia hizo un ofrecimiento al Instituto, para que dispusiera de las plantas de sus jardines de San José, donde había construido un bello palacete rodeado de impresionantes jardines.
Referencias
- 2011) ‘El jardín botánico del Instituto Provincial de Málaga’. Boletín de la Academia Malagueña de Ciencias, Academia Malagueña de Ciencias, Málaga, 13 (2011) 83-101. (
- 2002) Gaona. De Congregación de San Felipe Neri a Instituto de Enseñanza Secundaria (1739-2002). Ágora, Málaga. (
- 2009) ‘Un verdadero jardín botánico del siglo XIX en la Málaga del siglo XIX’. Isla de Arriarán, Asociación Cultural Isla de Arriarán, n/d, 34 (2009) 159-184. (
- 1983) ‘Obras inéditas en Málaga del arquitecto andaluz José de Bada y Navajas (1691-1755)’. Baética, Universidad de Málaga, Málaga, 6 (1983) 95-112. (
- 1788) Memorias de la Congregación de Presbíteros Seculares del Oratorio de San Felipe Neri de esta ciudad de Málaga (manuscrito). (