Málaga. Jardín del hotel Castillo de Santa Catalina. El Limonar

Impreso el 4 de mayo de 2024 Impresión

Antiguo Baluarte de Santa Catalina, Calle San Vicente de Paul, Bellavista, Este, Málaga, Málaga-Costa del Sol, Málaga, Andalucía, 29016, España

MÁLAGA. JARDÍN DEL HOTEL CASTILLO DE SANTA CATALINA. EL LIMONAR

El Castillo de Santa Catalina

Los orígenes del actual hotel Castillo de Santa Catalina, ubicado sobre una colina frente a la bahía de Málaga, conocida con el nombre de Monte Miramar, en el barrio malagueño del Limonar, se remontan al año 1625. Ese año se esperaba un ataque de la flota inglesa a un lugar no determinado de la costa andaluza, por lo que Pedro Pacheco, Consejero de Guerra, propuso su fortificación. Como sabemos, los ingleses acabarían atacando el puerto de Cádiz, donde fueron derrotados por las fuerzas españolas, al frente de las cuales se hallaban el duque de Medina Sidonia y Francisco Girón, Gobernador de Cádiz, que fueron retratados por Zurbarán en 1634 en su obra Defensa de Cádiz contra los ingleses.

En Málaga Pedro Pacheco propuso la realización de una serie de fuertes a lo largo de la costa en las zonas de la Caleta y de la Playa de San Andrés, así como en lugares altos del interior de la ciudad. En la Caleta se construyeron tres fuertes: el de San Pedro en la costa con forma de estrella y el de Santa Cruz con planta rectangular, y, detrás a una legua sobre un montículo en la zona de Bella Vista, otro fuerte hecho con piedra y cal, con planta cuadrada, dos torreones circulares en su frente y dos baluartes en punta de diamante en la parte posterior, donde se hallaba la entrada. El proyecto fue realizado por el ingeniero militar Sebastián de Arriola. Bautizado con posterioridad con el nombre de Santa Catalina, es el único conservado de todos los construidos por Pedro Pacheco.

En 1821 Juan Pérez propuso su restauración, hallándose en buen estado en 1830. En 1849 Miguel de Santillana y José Herrera García aconsejaron su derribo, ya que el desarrollo urbano de la zona con numerosas viviendas en su entorno lo hacían inoperable para ser utilizado como un fuerte militar.

El Palacio del conde de Mieres

En el año 1915 Manuel Loring Martínez, conde de Mieres, adquirió el terreno, donde se hallaba el Castillo de Santa Catalina, que fue restaurado con elementos neomudéjares, característicos del regionalismo andaluz, encargando el proyecto de una gran vivienda con aspecto de fortaleza.

En el año 1929 el ayuntamiento de Málaga concedió la licencia para su construcción, organizada en planta baja y principal con 709 m2, 625 m2 en la segunda planta, y 150 m2 de terrazas, con un total de superficies construidas de 2.193 m2.

El edificio, con aspecto acastillado, guarda grandes semejanzas, con el Carmen de la Fundación Rodríguez Acosta de Granada, construido entre los años 1917 y 1924 por el pintor José María Rodríguez Acosta, y diseñado por los arquitectos Teodoro Anasagasti, Jiménez Lacal y Modesto Cendoya.

Realizado dentro del estilo cubista y funcional, predominante en las vanguardias europeas de los años 20, también está relacionado por el regionalismo andaluz, especialmente en los arcos de herradura y de herradura apuntados, en los alfices, en el color rojizo de las paredes, que recuerda a la Alhambra, y en los cipreses, que recuerdan a los Cármenes granadinos. La misma puerta de entrada a la finca se inspira en la Puerta del Vino, que daba acceso a los palacios nazaríes.

Aunque tradicionalmente se ha atribuido la obra a dos artistas franceses, Levard y Lahalle, la presencia en Málaga entre los años 1920 y 1925 del arquitecto Teodoro Anasagasti en la construcción del edifico de Correos en el Parque, nos hace creer que muy bien pudo intervenir en la construcción del Castillo de Santa Catalina, dadas sus relaciones formales con el edificio de la Fundación Rodríguez Acosta de Granada, en el que intervino Anasagasti. En la Colección de la familia Anasagasti se conserva una acuarela de 1925 del edificio de Correos, en la que los torreones y las galerías se parecen mucho al edificio del castillo de Santa Catalina. Como hemos señalado, también existen relaciones formales con la Alhambra, y con el hotel Alhambra Palace de Granada.

El Jardín

En la parte trasera del palacio se construyó el jardín, estructurado en dos zonas: un patio cuadrado organizado en torno a una fuente central, rodeada por altos cipreses, que constituyen un umbráculo en forma de cenador. La fachada principal del patio consta de una doble galería porticada, que se repite en el otro frente mediante cinco grandes arcos de ladrillo aplantillado y piedra rústica sobre gruesos pilares, por los que se accede a una especie de jardín arqueológico, organizado en torno a los restos restaurados del Castillo de Santa Catalina, donde destacan el patio central, los muros y los torreones. Esta zona del jardín termina en una terraza, desde la que se observa una amplia perspectiva de la bahía de Málaga.