Málaga. Hacienda La Cónsula en Churriana

Hacienda San Rafael
Hacienda San Rafael. Fuente: E. W. Mark y F. Pérez Re. El Guadalhorce, 15/9/1839- Museo Unicaja de Artes y Costumbres Populares

Impreso el 5 de mayo de 2024 Impresión

Jardín Histórico La Cónsula, Carretera de Coín, La Cónsula, Churriana, Málaga, Málaga-Costa del Sol, Málaga, Andalucía, 29014, España

La Hacienda de la Cónsula, originalmente denominada Hacienda de San Rafael, ubicada en Churriana, tiene su origen en un cortijo propiedad del presbítero Pedro Ponce. En 1787 sus herederos lo venden en cien mil reales a Pedro López, presbítero de Cártama, que realiza algunas obras, entre las que se halla la denominada Tumba del Cura, que en el siglo XIX recibe el nombre de la Gruta. Tras su fallecimiento, es subastada, siendo adquirida por 142.000 reales en 1804 por Juan Roose, Cónsul de Prusia.

Juan Roose Kupckovius (+1839), nacido cerca de Berlín, emigra a España a finales del siglo XVIII y se asienta en Málaga, donde funda la casa de comercio Lambrecht, Roose y Compañía, dedicada al comercio de vino, siendo nombrado Cónsul de Prusia. En 1793 se casa con la malagueña Rafaela Warusch Velasco. En 1807 convierte el cortijo en una hacienda de recreo, construyendo la casa, cuyas galerías porticadas en las fachadas se inspiran en el modelo de los ayuntamientos castellanos, que es llevado a América por los españoles y aparece tanto en los ayuntamientos como en las mansiones, siendo su última versión las plantaciones de Luisiana en el siglo XVIII. Sus jardines están relacionados con los de la Hacienda del Retiro, ya que su proyecto pudo ser facilitado por el conde de Villálcázar, propietario en ese momento. La hacienda contaba también con una extensa zona agrícola, siendo conocida con el nombre de La Cónsula por la viuda del Cónsul. En 1824 Juan Roose compró también tres cuartillas de tierras pertenecientes a la hacienda de San Javier, propiedad del general Francisco Javier Abadía, creador del Jardín de Aclimatación de Abadía en Málaga.

A la muerte del cónsul, en 1839, la hacienda estaba ya valorada en 637.828 reales, de los que 517.946 correspondían a la casa, y 119.882 a los jardines y a la huerta. Ese mismo año Ildefonso Marzo realiza una excursión al Retiro y a la Cónsula, publicándose en el número de la Revista Guadalhorce de 15 de septiembre de 1839 una breve descripción de la hacienda y una estampa de la Casa, con la puerta monumental de acceso a la finca, la explanada delantera, el frente de los jardines y seis personajes en primer término, dos de los cuales, junto a los que hay una niña pequeña, podrían corresponder a los propietarios.

En ese artículo Ildefonso Marzo describe la excursión con cuatro amigos para disfrutar del campo y comer “jamón cocido en vino, el rico queso de bola, las botellas de moscatel y la ensalada de anchovas, que comieron los fenicios, los malagueños mahometanos y los malagueños de hoy”:

Después de haber visto el Retiro, su célebre juego de aguas y sus corredores no permitiendo la consigna del conserje detenerse para comer, prosíguese a sentar los reales en esa calle de altos árboles que sirve de vestíbulo a la hacienda de San Rafael. Esta magnifica casa de campo propiedad de la familia del cónsul de Prusia tiene una elegante arquitectura y una muy bella situación. Desde su amplia galería se disfrutan hermosas vistas sobre la vega y la ciudad, en sus compartimentos interiores”.

En 1856 los herederos de Juan Roose venden la hacienda, valorada en 400.000 reales, en pública subasta, siendo adquirida por Enrique Heredia Livermore (1828-1884), nacido en Málaga, aunque había trasladado su residencia al nº 24 del Paseo de la Castellana de Madrid, donde tendría una parte importante de su colección artística. Era hijo de Manuel Agustín Heredia y hermano de Tomás y de Amalia, propietarios de los jardines de la Concepción y de San José. Era comerciante y político. Fue Senador por la provincia de Málaga desde 1872 a 1877 y compró como villa de recreo la hacienda de la Cónsula a los hijos del cónsul de Prusia, Enrique Roose y Warush y Rafaela Roose Waruch.

En 1891 se hizo la liquidación de los bienes de Enrique Heredia, entre los que destacaban las alhajas, mas de 200 piezas pictóricas, entre las que sobresalían obras del Greco, José Antolínez, Mateo Cerezo, Pedro de Orrente, Goya, Mengs, Meléndez, Vicente López, etc. También incluía 62 obras escultóricas, en su mayoría religiosas, una de ellas estaba atribuida a Alonso Cano, y había una pequeña escultura de Carlos V a caballo con armadura cincelada en oro. La colección se completaba con 300 obras de porcelana, cerámica y cristal de las mejores fábricas españolas y europeas, 16 tapices y 34 abanicos.

La hacienda tenía en ese momento una superficie de 15 fanegas. Además de la huerta, plantada con naranjos, granados, albaricoques, higueras, limoneros, ciruelos, manzanos, sidras, chirimoyos, membrillos, perales, almendros, moreras, parras, caña de azúcar, y olivos, había árboles de sombra, álamos, sauces, chopos, adelfas, laureles y cipreses. La superficie ajardinada contaba con el jardín de la alberca, diversos cenadores (cenador de la alberca, cenador de los llorones y cenador de la reja), la gruta, el laberinto, la acequia, el semillero, y dos albercas. Muchas de las plantas exóticas provenían, de las haciendas que sus hermanos tenían en la Concepción y en San José, que habían llegado a Málaga en la flota comercial de Tomás Heredia: jacarandas, palmeras datileras, árboles del amor, cicas, palmeras reina, palmeras chinas de abanico, bambúes, palmera butia capitata, árboles de Júpiter, aguacates, amapola arbustiva de California, alpinia zerumbet, chamaedorea, palmeras washingtonia robusta, araucaria bidwillii, celtis australis, laurel de Indias, yucas finas, palmeras de Canarias, árboles del fuego, plátanos de sombra, cocculus laurifolius del Himalaya, buganvillas, etc. Como otras grandes haciendas de Málaga, la casa estaba adornada con una importante colección de obras de arte y con un mobiliario de maderas nobles y de estilo historicista.

En 1959 era propiedad de los estadounidenses Bill y Anne Davis, que alojaron a importantes personajes en la hacienda, entre los que destacó la presencia del escritor Ernest Hemingway, que describe la finca como el mejor lugar del mundo “por su luz divina y su cálido clima”.

En 1973 el Ayuntamiento de Málaga compra a Anne la casa con sus jardines históricos, y después de su restauración firma un convenio con la Junta de Andalucía para convertirla en sede la Escuela de Hostelería de Málaga.

En 1884 Augusto Jerez Perchet realiza una descripción de la hacienda, atribuyendo su construcción a Madame Rafaela Roose, esposa del cónsul de Prusia Juan Roose, de donde deriva el nombre de La Cónsula. Así mismo afirma que fue ella la que eligió uno de los planos, que le presentaron los arquitectos del Retiro y que había servido de modelo a sus jardines. Esta es la descripción de Jerez Perchet (pp. 116-118):

Los jardines forman el principal encanto de Churriana y a ellos vamos á referirnos, empezando por la quinta de San Rafael, que se encuentra casi á igual distancia de Churriana y Torremolinos. Pertenece á los Sres. Heredia y esta indicación basta para comprender que se trata de una importante finca, donde la elegancia tiene asiento.

Conserva todavía el nombre de la Cónsula, porque a principios del siglo actual la hizo construir Madame Rafaela de Roose, esposa del cónsul de Prusia en Málaga, mujer distinguida que reunía en los salones de su residencia campestre una brillante sociedad y cuyo recuerdo vive aun, entre muchas personas.

Una vez resuelta la dama en cuestión a realizar su propósito, escogió uno de los planos que le presentaron los arquitectos y al cual había servido de modelo el convento llamado del Retiro, que andando el tiempo y llegada la época de la desamortización, fue trasformado en risueña quinta, próxima a San Rafael. Los Sres. de Heredia han conservado la que podemos llamar parte antigua, y a su lado hicieron sobresalir las fantasías de la industria moderna; de suerte que allí se perciben las expresiones de dos épocas, sin que por esto se resienta el conjunto.

La naturaleza y el arte se revelan en San Rafael, la una con la vida de esta zona meridional y el otro con la gallardía que imprime el sentimiento estético a las ideas a que da forma. Los escarpes de la Sierra de Mijas sirven de hermoso panorama a la quinta, del propio modo que el vecino mar con sus lejanías brumosas. El naranjo, la chirimoya, el plátano, el ciprés y otra multitud de árboles y arbustos realzan la perspectiva de bosques y jardines; las plantas trepadoras revisten muros y se ciñen á los retorcidos troncos, y el agua corre y murmura por las umbrías y por los cuadros de flores, llevando la vida en sus ondas y dando animación a las bellezas de aquel paraíso.

La galería de la quinta es un magnifico mirador exornada con airosas columnas de mármol blanco, y desde allí se dominan la vega y sus caseríos, las montañas erguidas y la ciudad de Málaga; y en cuanto a los salones, es indudable que responden a las exigencias del más delicado gusto, sin que esta circunstancia implique el olvido de la sencillez que debe presidir a las habitaciones del campo.

Se atribuye a Juan Felipe Longinos (1735-1811), VII conde Villalcázar y IV conde de Buenavista, la autoría del diseño de los jardines de la Cónsula, de lo cual no hay ningún testimonio documental, aunque no cabe duda de la relación botánica con los jardines del Retiro.

La Cónsula contaba con tres edificaciones: la Casa Principal, la construcción para almacenes y servicios, y la Gruta o Tumba del Cura. El actual edificio de servicios, situado a la derecha de la Casa Principal, ha sido casi enteramente reconstruido.
La Gruta o Tumba del Cura es la construcción más antigua conservada, relacionándose con la etapa del presbítero Pedro López a finales del siglo XVIII. Se trata de una construcción típica de los jardines, utilizada como zona de retiro para descanso y, sobre todo, para tomar el fresco en el verano. Tiene forma de templete, planta cuadrada, ventanas en tres de sus frentes, una puerta en el cuarto, y cubierta por una cúpula de ladrillo. En su interior hay bancos en los laterales con cerámicas malagueñas en los respaldos. La cúpula está decorada con una rica decoración clara sobre un fondo rojo, que imita las decoraciones de yeserías realizadas en el barroco, aunque en esta ocasión están ejecutadas, con conchas, piedras, estalactitas y corales marinos. Es una decoración de tema geométrico, aunque se pueden ver números, letras, una cruz y el anagrama de la Virgen.

El edificio principal fue realizado en la época de Juan Roose a comienzos del siglo XIX. Ya hemos señalado su relación formal con los ayuntamientos andaluces, la arquitectura hispanoamericana, y con la arquitectura de las plantaciones en la Gobernación de la Luisiana y la Florida de finales del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX. Se halla ubicada en el centro de la hacienda, rodeada por los jardines y las huertas. Con planta rectangular y patio en el centro, sobre el que basculan todas las dependencias, está orientada hacia el este, hacia el valle del Guadalhorce y la ciudad de Málaga. El frente principal consta de una doble galería de arcos rebajados sobre columnas toscanas y cubierta en forma de terraza con el frente abalaustrado entre pilares rematados por jarrones. Los laterales también constan de galerías porticadas, que se sustituyen por el muro en el último tramo. La fachada posterior está formada por un muro, en el que se abren las ventanas de las distintas dependencias interiores.

Tal y como se puede ver en algunas fotografías conservadas, el edificio se hallaba en un pésimo estado de conservación, cuando fue adquirido por el Ayuntamiento de Málaga, por lo que hubo de sufrir una profunda transformación, sobre todo en la zona del patio, que es nueva, y en el sector posterior.

El jardín se halla ubicado frente a la Casa Principal. Es de estilo paisajista y está organizado en torno a un eje central, reforzado por una fuente de mármol en ambos lados. En la zona cercana a la casa hay una plazoleta con suelo enladrillado, jarrones de mármol sobre pilares en el perímetro y una fuente de mármol en el centro con un surtidor en forma de cisne cabalgado por un niño desnudo. Al final de este eje se halla la otra fuente, con tres tazas y originalmente rematada por una figura femenina con los pechos desnudos y sosteniendo un jarrón sobre su cabeza, tal y como se puede ver en uno de los cuadros realizados por Eugenio Chicano. El jardín está formado por árboles de sombra: pinos, palmeras, araucarias, ficus y nogales de macadamia.

La hacienda cuenta también con una gran huerta, conservada en gran medida, en la que destacan dos largos emparrados de glicinias, sostenidos por pilares de ladrillo y vigas de hierro. Como todas las haciendas de Málaga, hay dos grandes estanques de ladrillo, que se nutría del agua que venía de la Sierra de Mijas. También se ha conservado en la misma zona donde están los estanques, el brocal de un pozo con el remate de una escalera de hierro, con una plazoleta a su alrededor, para que el animal de tracción pudiera dar vueltas y subir el agua. Se trataba de un pozo de sangre por el uso del animal.

En distintos lugares del jardín se han conservado diversos elementos funcionales y decorativos: dos escaleras de piedrecitas y conchas, varios jarrones de mármol, de cerámica y de hierro fundido, y una pequeña mesita de mármol, compuesta por un tablero circular apoyado en un balaustre. La entrada al recinto privado se hacía a través de una verja de hierro forjado, que ha sido sustituida por una nueva, en la que se ha incluido el nombre de San Rafael y la fecha de 1856. A la derecha del frente se ha conservado un escudo rematado por un yelmo de caballero y dos estrellas y dos torres en sus cuatro cuarteles. En el Archivo Temboury se conserva una foto de los años 40, en la que se ve un escudo, que entonces se hallaba en un lugar ignoto del jardín, perteneciente al linaje flamenco de los Sweerts, familia asentada en Málaga en el siglo XVII con capilla de enterramiento en la iglesia de San Agustín. Es un escudo barrado con yelmo y león rampante. Este escudo se halla en la actualidad en paradero desconocido.

En el año 2008 se celebró el XV aniversario de la fundación de la Escuela de Hostelería de la Cónsula, y con este motivo su entonces director Francisco Oliva encargó al pintor Eugenio Chicano varias pinturas de los jardines de la Cónsula, que se conservan en su interior, y que constituyen una de las series de jardines malagueños más extensa e importante, que existe, solo comparable a la que hizo en la Concepción el pintor Francisco Iturrino en 1913, en las que se recogen con el estilo propio de Chicano y con un gran colorido diversos lugares de los jardines y de sus fuentes con una estética muy moderna y con un cierto primitivismo, que recuerda la pintura de Gauguin.

Eugenio Chicano también realizó con este motivo una serigrafía a partir de un lienzo, que representa una perspectiva esquinada de la Casa Principal vista a través de una densa vegetación. La serigrafía fue realizada en el taller Serigráfica Malagueña, en edición única, estampada en papel cartulina tipo Cansón en siete tintas. La edición se compone de 600 ejemplares firmados por el autor con numeración árabe, más 25 pruebas de autor (p.a.) en caracteres romanos.

En el verano del año 1959 Ernest Hemingway estuvo hospedado en la Cónsula, invitado por sus dueños los norteamericanos Bill y Anne Davis. Hemingway nos dejó en un bello texto su impresión de su estancia en la hacienda:

“[…] y cuando al levantarme por la mañana salía al balcón que recorría toda la fachada del segundo piso y miraba por encima de los pinos del jardín hacia las montañas y el mar al tiempo se oía silbar al viento entre los árboles, entonces comprendía que nunca había estado en un sitio más hermoso”
(Ernest Hemingway, El verano peligroso. Málaga, mayo de 1959).

Referencias

  • Marzo, Ildefonso (1839) ‘La Hacienda de San Rafael o una comida de campo’. Revista El Guadalhorce, Imp. de D. Manuel Pérez de La Manga, Antequera, s/v (15/09/1839) pp. 218-219.
  • Ramos Frendo, Eva María (2002) ‘Revival y eclecticismo en las colecciones decimonónicas. Enrique Heredia Livermore y sus bienes artísticos’. Boletín de Arte, Universidad de Málaga, Málaga, 23 (s/e) pp. 305-323.
  • Ramos Frendo, Eva María (2006) ‘Aproximación a las villas de recreo de la familia Heredia en Málaga’. Baetica. Estudios de Arte, Geografía e Historia, Universidad de Málaga, Málaga, s/v (28) 91-108.

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Morales Folguera, J. (2024) Málaga. Hacienda La Cónsula en Churriana. Historia del jardín. http://historiadeljardin.hdplus.es/malaga-hacienda-la-consula-en-churriana/

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Morales Folguera, José Miguel. «Málaga. Hacienda La Cónsula en Churriana». Historia del jardín, Departamento de Historia del Arte, 05 2024, http://historiadeljardin.hdplus.es/malaga-hacienda-la-consula-en-churriana/

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Morales Folguera, J. (2024) ‘Málaga. Hacienda La Cónsula en Churriana’, Historia del jardín. Disponible: http://historiadeljardin.hdplus.es/malaga-hacienda-la-consula-en-churriana/

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