Impreso el 10 de octubre de 2024 Impresión
El jardín paisajista nace en Inglaterra en un momento en el que estéticamente triunfaba el clasicismo. En su configuración se pueden observar las siguientes características:
Evolución a partir de la situación de la cultura inglesa
Ya a finales del siglo XVII se puede observar que el jardín barroco comienza a evolucionar hacia planteamientos más libres, en los que se deja un mayor protagonismo a la naturaleza. Se busca la variedad y el predominio de la línea curva, elementos que caracterizan a la propia naturaleza. El panteísmo de la Ilustración considera que la naturaleza es una obra perfecta de Dios, por lo que hay que imitarla. De esta forma se produce una interrelación entre el jardín y el paisaje.
Propuestas de poetas y filósofos
En el triunfo del jardín paisajista influyen las teorías de poetas y filósofos como Jean-Jacques Rousseau, quien propugna el retorno a la naturaleza con el predominio del sentimiento sobre el intelecto. En su novela La Nouvelle Héloïse (1716) describe un jardín ideal y natural, donde uno de sus personajes, Colmar, dice que la naturaleza lo ha hecho todo, pero siguiendo mis indicaciones, y no hay nada que yo no haya ordenado, lo que es todo un manifiesto de la nueva estética paisajística.
De igual modo Jhon Milton, en su poema El Paraíso perdido (1667), cuando describe el Edén destaca la sencillez y magnificencia de la naturaleza, que presenta como un modelo ideal. Horace Walpole afirmaba que Inglaterra había creado un estilo único, moderno y natural de jardín, el cual sólo podía haber sido realizado en este país. Su estética era totalmente nueva, original e indiscutiblemente inglesa. Relacionaba el nuevo estilo de jardinería con las libertades políticas, que eran parte de su propia herencia como hijo de uno de los más grandes políticos del partido Wihg, Sir Robert Walpole, que construyó en los años 20 del siglo XVIII su casa y jardines de Houghton Norfolk. Consideraba por lo tanto que el nuevo jardín era una consecuencia del desarrollo de la Constitución Inglesa y del feliz resultado de un Imperio de Hombres Libres. Por este motivo los jardines ingleses eran totalmente diferentes de los creados en países católicos como Francia.
Influencia de los pintores paisajistas del siglo XVII
Entre los modelos utilizados más importantes destacan los cuadros de pintores paisajistas y barrocos del siglo XVII como Claudio de Lorena y Nicolás Poussin. En los cuadros de ambos artistas se unen los elementos ideales de la naturaleza arcádica con construcciones inspiradas en la Antigüedad. Muchos jardines ingleses del siglo XVIII están diseñados como si fueran cuadros con perspectiva, profundidad, punto de fuga, y fondos arquitectónicos. Una de las consecuencias de esta admiración por los paisajes de Lorena es que la Nacional Gallery de Londres posee en la actualidad una de las colecciones más importantes y numerosas de su obra.
Influencia del jardín chino
La influencia de la jardinería china en Inglaterra y en Francia se puede observar a partir de comienzos del siglo XVIII, como consecuencia de las descripciones realizadas por misioneros y viajeros. En 1743 el jesuita Jean-Denis Attiret describe en una carta el palacio y los jardines imperiales de Pekín. En 1757 el arquitecto real William Chambers realiza en su obra Design of Chinese Buildings una descripción de los jardines chinos, en los que predomina una variedad, que es reflejo de la naturaleza y del pintoresquismo, que se observa en la realización de diversas escenas y de un gran número de elementos arquitectónicos.
Aparición de profesionales de la jardinería
Hacia finales del siglo XVII comienzan a aparecer en Inglaterra un gran número de jardineros profesionales, que se dedican a realizar diseños de jardines, que luego vendían a los grandes propietarios de terrenos. Aunque conocemos los nombres de los grandes creadores, cuya fama llegó a ser similar a la de los grandes arquitectos y pintores, después había una gran lista de jardineros anónimos que, trabajando asiduamente en los numerosos jardines de la familia real, aristócratas, banqueros y políticos, construyeron un gran número de ellos por toda Inglaterra a lo largo del siglo XVIII, llegando a transformar verdaderamente el aspecto de la campiña inglesa. Solían estar dotados de una cierta cultura, pues sabían leer y escribir, y contaban con pequeños manuales sobre horticultura y jardinería. Tenían la consideración de los mejores sirvientes y una buena paga.
El Gran Tour
En el siglo XVII los jóvenes de familias ricas inglesas completaban su formación con un viaje por Europa, que finalizaba en Italia. A partir de 1700 el viaje deja de ser académico y se convierte en una costumbre social. El viaje de varios meses comenzaba en barco hasta Francia, continuaba en carro hasta Paris y Marsella, donde nuevamente se embarcaban hasta Civitavecchia. Con posterioridad se visitaba Roma y Nápoles. El viaje de regreso se hacía por Venecia, Suiza, Alemania y Calais. Los jóvenes que habían realizado este viaje a su vuelta construían sus nuevas mansiones inspiradas en las villas de Palladio, que habían contemplado en Italia. De este modo Inglaterra su fue poblando a lo largo del siglo XVIII de villas palladianas y de templos romanos, que surgen en ciudades pero también en los numerosos jardines que se construyen en el campo en las comarcas situadas en los alrededores de Londres.
La masonería
A partir de 1717 muchos dueños y diseñadores de jardines ingresan en la Gran Logia Masónica de Londres, confiriéndoles una serie de principios estéticos y simbólicos característicos de estas sociedades secretas y filantrópicas. Como había ocurrido con la emblemática en siglos precedentes, ahora una serie de textos con connotaciones históricas y políticas se convierten en un lenguaje secreto sólo compartido por el grupo de personajes de la alta aristocracia, que pertenecen a las logias masónicas.
La economía del mantenimiento
En el siglo XVIII la legalización de los cotos privados del comunal permitió que los grandes propietarios hicieran importantes concentraciones de terrenos, en los que se unía su explotación agrícola con la creación de grandes jardines paisajistas, cuyo cuidado era mucho menos costoso que el de los jardines ornamentales barrocos. Las grandes extensiones de césped y de árboles no necesitaban apenas cuidado en un clima húmedo como el inglés. No obstante en un primer momento era necesario hacer un gran gasto en el movimiento de tierras y en la creación de lagos. El gasto se incrementó después con la importación de árboles exóticos y con la construcción de templos, monumentos, puentes y una gran variedad de edificaciones de tipo exótico, con las que se buscaba la creación de escenografías evocadoras de inspiración romántica. De este modo junto con las construcciones clásicas y palladianas aparecen las ruinas, y las arquitecturas orientales y rurales.
LOS GRANDES CREADORES DEL JARDÍN PAISAJISTA
Alexander Pope (1688-1744)
Fue el poeta más famoso de la denominada época augústea por su semejanza con la Edad Dorada vivida en Roma bajo el emperador Augusto y también por su relación con el segundo nombre de los reyes ingleses de la Casa Hannover. Fue un humanista ilustrado perteneciente a la Gran Logia de Londres, creada en 1717. En las afueras de Londres construyó su residencia, dotada de un jardín, que se convertiría en modelo de numerosos jardines ingleses del siglo XVIII. El Jardín de Pope tenía una gran pradera delante de la casa que descendía suavemente hacia el Támesis, y una gruta adornada con conchas, piedras y cristales, que simbolizaba el refugio del filósofo ermitaño enemigo de los palacios y del lujo. También tenía un templo en forma de concha y una colina panorámica. Diversos monumentos escultóricos se hallaban dispersos por el jardín de forma escénica y teatral.
Charles Bridgeman
Fue uno de los primeros jardineros que sustituyó el rigor de la geometría por un diseño más adaptado a las irregularidades del terreno, aumentando la variedad y eliminando la ornamentación a base de boj y del parterre bordado, que son sustituidos por amplias superficies de césped. Eliminó los muros de separación que son sustituidos por fosos invisibles denominados ha-ha con la intención de unir el jardín con el paisaje y las explotaciones agrícolas y ganaderas. Su estilo transicional del jardín barroco al jardín paisajista, que se aprecia en las numerosas obras que diseñó para la nueva aristocracia whig, opuesta a la tory –Blenheim, Eastbury y Stowe– e incluso en algunos jardines reales, fue prontamente superado por una práctica más naturalista.
Richard Boyle, tercer conde de Burlington (1695-1753) Wigh, arquitecto aficionado y masón convencido, construyó en las afueras de Londres a partir de 1715 una villa palladiana unida a un jardín, que se va a convertir en otro de los grandes modelos del jardín paisajista inglés en el siglo XVIII. El jardín era un verdadero museo arquitectónico al aire libre, en el que no faltaba el Templo de la Felicidad Masónico inspirado en la obra de Shaftesbury. De este modo estas construcciones no solo constituyen un elemento más del decorado escénico, cuyos modelos provienen de la época clásica, sino que tienen un contenido simbólico y emblemático, pues algunos de ellos incluso van acompañados de textos latinos como los emblemas renacentistas y barrocos.
William Kent (1684-1748)
Fue enviado a estudiar los pintores paisajísticas a Roma, donde conoció a Burlington. Además de pintor fue arquitecto y jardinero, y como consecuencia de ello sus primeros jardines están concebidos como verdaderos cuadros. Sus jardines se adaptan también a las irregularidades del terreno, aprovechando el genius loci. Su primera obra fue Chiswick House realizada para su mecenas Burlington, participando de las ideas del grupo que se reunía en esta residencia situada en las afueras de Londres. Su obra más completa e importante fue la transformación del jardín de Stowe, una de las obras más importantes del jardín paisajista inglés.
Para el excéntrico Charles Hamilton diseñó el jardín de Painshill, así como el jardín de Kensington, y el jardín de Carlton House para el príncipe de Gales. Kent toma como modelo a la naturaleza, componiendo sus jardines como si lo hiciera un pintor en un cuadro, para lo que se inspiró directamente en los pintores paisajistas, que conocía desde su estancia en Roma. Utiliza la perspectiva, las sombras y las luces. Sus materiales son el terreno, que modela suavemente, y los árboles, que coloca en disposiciones aisladas o agrupadas, teniendo en cuenta el color y el follaje con la finalidad de definir una estética del sentimiento.
William Chambers (1723-1796)
Buscaba con sus jardines producir efectos sensibles en el espectador. Estuvo muy influido por sus viajes a China y Roma. Fue arquitecto y también jardinero paisajista, llevando a la práctica sus teorías en su obra más importante Kew Gardens de Londres. Escribió varias obras, en las que consolida el mito de la jardinería china. En estas obras aparecen jardines, en los que se suceden escenas de terror, escenas idílicas y escenas de melancolía. El visitante se puede ver además afectado por temblores de tierra, lluvias artificiales y explosiones.
En las escenas idílicas suenan cantos de pájaros o aparecen bellas mujeres. Chambers también incorpora a sus jardines ruinas, que anticipan el culto al ruinismo de la época romántica. Otros elementos que se irán incorporando progresivamente al jardín paisajista son las ermitas, las cabañas rústicas, los maniquíes y los personajes reales que viven como verdaderos ermitaños en cabañas construidas dentro del jardín.
Lancelot Brown, llamado «Capability Brown» (1716-1783)
Fue sin duda la figura más célebre de toda la historia del jardín inglés. Sus jardines se caracterizan por su simplicidad. A partir de su participación en Stowe adopta una serie de características que van a definir su estilo: los macizos de árboles, las plantaciones de bosques en los bordes del jardín con un camino de ronda para así poder visualizar bien las mejores perspectivas, la naturalización del eje principal y del lago, las grandes extensiones de césped en terrenos suavemente ondulados delante de la casa, a la que se accede lateralmente por caminos ondulantes, y el uso de arquitecturas -un templo o un monumento- como centro focal de las diferentes perspectivas paisajísticas.
Frente a la línea recta de los jardines barrocos, en el jardín paisajista se impone la línea curva, denominada como línea de la belleza, que se va a imponer en toda Europa como leitmotiv del nuevo estilo. Para sus diseños parte siempre del análisis del territorio, buscando la explotación de sus características naturales, por lo que fue apodado como Capability. Su idea aprincipal era la mejora de las capacidades naturales del terreno. Llevó a cabo una importante actividad, interviniendo en más de doscientos jardines, por lo que influyó positivamente en el carácter paisajista de los campos del sur de Inglaterra. Llegó a alcanzar el puesto de jardinero mayor real en Richmond y Hampton Court.
Humphry Repton (1752-1818)
Fue el inventor del término «jardinero paisajista», que agrupaba los conceptos de pintor paisajista y de jardinero práctico. Efectivamente, Repton fue un excelente acuarelista y tenía además excelentes conocimientos prácticos de horticultura, arquitectura y construcción. En sus famosos diseños desplegables dibujados en los Libros Rojos solía mostrar a sus futuros clientes el aspecto que poseían los jardines antes y después de sus intervenciones.
Referencias
- 1993) Jardines del clasicismo y el romanticismo. El jardín paisajista. Nerea, Madrid. (
- 2000) La arquitectura de los jardines. Celeste, Madrid. (
- 2000) Stourhead. Landscape garden. The National Trust, Londres. (
- 2003) The English Garden. A social history. Penguin Books, Londres. (
- 2000) The artist and the garden. Yale University Press, New Haven y Londres. (