Málaga. Hacienda Nadales

Retratos de Tomás Heredia y Julia Grund
Retratos Tomás Heredia y Julia Grund

Impreso el 23 de marzo de 2023 Impresión

Hacienda Nadales, 128, Camino Casabermeja, San Telmo, Ciudad Jardín, Málaga, Málaga-Costa del Sol, Málaga, Andalucía, 29014, España

TOMÁS HEREDIA LIVERMORE (1819-1893) Y LA HACIENDA NADALES EN MÁLAGA. HERMETISMO Y ANTIGÜEDAD

José Miguel Morales Folguera, texto y documentación
Antonio Cruces Rodríguez, formato y publicación

Las haciendas de recreo en el entorno de Málaga

Desde el siglo XVI aristócratas, comerciantes y diversas órdenes religiosas crearon cortijos y haciendas en los alrededores de la ciudad de Málaga. El término municipal de Málaga está regado por dos ríos, el Guadalhorce y el Guadalmedina, que se han utlizado para el riego de tierras de secano y de regadío muy fértiles, en las que se plantaban frutales, olivos, viñas, huertas y grandes explotaciones de caña de azúcar, de cuya existencia en las costas de Málaga y Granada se hacen eco los cronistas que acompañaban al duque de Médici en su viaje por España en los años 1668 y 1669. Esta costumbre se ha seguido manteniendo hasta el siglo XX, cuando llegaron a esta localidad los escritores Gerald Brenan, Julio y Pío Caro Baroja, el escultor norteamericano Hamilton Reed Armstrong, la familia del artista malagueño José Moreno Villa, y en el verano de 1959 estuvo en la finca de La Cónsula el premio nobel Ernest Hemingway.

La zona mas importante corresponde al distrito de Churriana, antiguo municipio ubicado en la zona occidental, en el que el agua proveniente de la Sierra de Mijas origina la existencia de una serie de acequias y fuentes, como la fuente de las Doncellas y el acueducto del Rey, una obra propia de los romanos que llegaba hasta Málaga, y la construcción individual de pozos y estanques, donde almacenar el agua para el servicio doméstico, para dar agua a los animales, y para el riego de los jardines y las huertas. Todas las fincas importantes contaban con grandes estanques. La Cónsula tenía dos grandes estanques, uno de los cuales está hoy tapado y en el otro se han plantado nenúfares. En el Retiro hay dos estanques, uno en la zona superior del jardín con una isla en el centro (Morales Folguera, 1996: 45), y otro de gran tamaño en la zona central, que se utilizaba igualmente para pasear en barca, como sucedía en los jardines reales y de la aristocracia de los siglos XVI, XVII y XVIII (Morales Folguera, 1994: 224). También posee varias fuentes monumentales, cascadas y juegos de agua. La hacienda de San Javier tiene un gran estanque octogonal, que ha conservado su uso hasta el presente.

En un plano firmado por el oficial del Cuerpo de Topógrafos Lorenzo López el 22 de julio de 1950, que recoge la orden del Ministerio de Gobernación de 27 de octubre de 1905, por el que el término municipal de Churriana se fusiona con el de Málaga, aparece lo que era el territorio de Churriana limitado al este por el río Guadalhorce, al oeste por el término de Torremolinos, al sur por el Mediterráneo y al norte por el término de Alhaurín de la Torre. En el centro aparece el núcleo urbano de Churriana rodeado por los numerosos cortijos existentes con sus nombres antes de que empezara su reconversión en terrenos urbanos. Se pueden leer los siguientes nombres de oeste a este: Cortijo y Bollera de San José, Cortijo de Borrego, Cortijo de San Andrés, Cortijo de Velarde y huerta de San José, lagar de Wutemberg, casa almacén de los paseros de Federico Gross, Cortijo de la huerta de Monzalvez, Cortijo del Corrito, Cortijo de Buenavista, Cortijo de Rompedizo y Boyera, la Cónsula o quinta de San Rafael, casa huerta de Albaricoca, Quinta y Cortijo de San Javier de Recreo, Cortijo de Carambuco, el Retiro (Quinta de recreo y casa de labor, estanque), casita del Platero de recreo, Cortijo las Peñuelas, Cortijo de la Gamera, Cortijo de Colitre, casilla de la Noria de Platero, casilla del Platero de recreo, Cortijo de San Julián, casa jardín de la Toca, huerta de Pizarro (cortijo, casa labor), cortijo y casilla de la Noria, Cortijo de las Ánimas, huerta de Pizarro, cortijo de Cotrina, casilla de la Huertecilla, Quinta de la Havilla, Hacienda de la Concepción, Quinta de Gross de recreo, Cortijo de Montesa, Cortijo de San Isidro, Cortijo de Re(…)padilla, varios sotos, quinta de (…) de recreo, casilla de la Huertecilla, Cortijo de la Renta, Cortijo del Piñón, Cortijo de la Aldea e Ingenio de Azúcar, cortijo Blanco, cortijo de Velarde y huerta de Santa Tecla. Junto al río Guadalhorce se hallaba el cortijo de la Aldea con el ingenio de azúcar, donde debía tratarse una parte importante de los abundantes cañaverales de las plantaciones de la comarca. Este cortijo desapareció con la segunda pista del aeropuerto, aunque se conservan algunas imágenes. Estos ingenios solían contar con grandes construcciones arquitectónicas. Gracias a una fotografía aérea de Paisajes Españoles de comienzos de los 60 nos podemos dar una idea más clara de estas fincas y cortijos, los terrenos propiamente agrícolas y las fincas de recreo con los jardines y las arboledas. En un primer plano aparecen las casas de Antonio Villa, de Gerald Brenan y de San Javier, y al fondo, ya junto a la pista del antiguo aeropuerto, el Cortijo de la Cruz.

En esta relación aparecen destacadas las denominadas quintas de recreo y las haciendas, que contaban con jardín y una vivienda importante: el Retiro, la Cónsula o quinta de San Rafael, San Javier, la Toca, Carambuco, la Havilla, la Concepción, quinta de Gross, huerta de Santa Tecla, dos quintas de recreo de difícil lectura, a las que habría que sumar las de Gerald Brenan y la de la familia de Moreno Villa. Llama la atención que la familia Gross poseía dos casas destinadas a la industria del secado de higos y pasas, una quinta de recreo y la huerta de Santa Tecla. En una de las etiquetas de estos frutos secos junto a una vista de la casa y de los jardines de aspecto indiano se puede leer el siguiente texto: «Federico Gross y Cia. Málaga. Colonia Sta. Tecla». Desconocemos si los restos arquitectónicos de la mansión pertenecían a la Quinta Gross de Recreo o a la denominada huerta de Santa Tecla, con cuyo nombre se suelen asociar actualmente.  Es decir que en 1950 existían en Churriana al menos trece fincas de recreo. Entre ellas aparece la Concepción, que es el otro nombre con el que se conocía el Cortijo de la Cruz.

El otro cauce acuático importante de Málaga corresponde al río Guadalmedina, que con un trazado más corto riega una zona montañosa, cuyas riberas fueron utilizadas para la plantación de extensos viñedos, en los que se elaboraban los famosos vinos de Málaga, que en el siglo XVIII llegaron a exportarse a la Rusia de Catalina la Grande. En el siglo XVIII se construyó el Acueducto de San Telmo para llevar el agua a las haciendas ubicadas en su cauce, así como a la ciudad de Málaga, cuya población había crecido considerablemente gracias al comercio con América.

En el siglo XIX gracias al desarrollo comercial e industrial de Málaga las familias más importantes llevaron a cabo la adquisición de fincas para crear importantes explotaciones agrícolas y fincas de recreo. Entre ellas destacaron algunos componentes de la familia Heredia. Tres de sus miembros fueron propietarios de tres de las haciendas mas importantes, que se han conservado hasta nuestros días. Amalia Heredia junto a su esposo Jorge Loring crearon la Hacienda de la Concepción en el cauce del río Guadalmedina. En el lado oriental del mismo río su hermano Tomás construyó la Hacienda de San José. Y en el término municipal de Churriana su otro hermano Enrique adquirió a partir de 1856 la hacienda de San Rafael, conocida actualmente con el nombre de Hacienda la Cónsula por haber pertenecido al cónsul de Prusia Juan Roose, casado con la malagueña Rafaela Warusch Velasco (Ramos, 2006: 95-108).

Tomás Heredia, Masón y Divisero de Tejada

La actual Hacienda Nadales fue adquirida a partir del año 1864 por Tomás Heredia, formado en diversas instituciones culturales europeas de Francia e Inglaterra, tras lo cual trabaja en la dirección de los centros fabriles familiares de Málaga y Marbella, y en la flota comercial, que en 1846 llegó a contar con 18 barcos, aspecto muy importante para la jardinería malagueña, ya que en estos barcos llegaban a Málaga plantones traídos de América y de otros continentes, que tras un periodo de aclimatación en los invernaderos de la familia se plantaban no solo en los jardines familiares -La Cónsula en Churriana, La Concepción en Marbella, La Concepción y San José en Málaga- sino también en los jardines municipales. En el Archivo Municipal se conserva una carta manuscrita de Tomás Heredia dirigida al ayuntamiento, en la que le informa que había llegado uno de sus barcos al puerto con plantones, ofreciéndole la posibilidad de donar los que necesitara. En este sentido los Heredia recuerdan a otras familias europeas, como los Medici, que tenían numerosas villas y jardines dispersos por la Toscana.

Tomás Heredia también desarrolló una importante actividad como político: concejal del ayuntamiento de Málaga, diputado de Marbella, senador del Reino, miembro del partido de Cánovas del Castillo, y cónsul de Uruguay, Portugal y del Estado Pontificio. Como otros industriales malagueños colaboró en la creación de instituciones docentes y asistenciales, medio por el cual los burgueses recibían títulos nobiliarios de la corona.

Tomás provenía de una familia noble de la comarca riojana de Cameros, aspecto que se hace patente en los escudos, que campean en la fachada del palacete de la Hacienda y que vuelven a representarse en una chimenea de mármol del interior. Posiblemente Tomás era Caballero Dirijero de Tejada.

El padre de Tomás, Manuel Agustín Heredia (1786-1846), procedía de la población riojana de Rabanera de Cameros, en donde se hallan ubicados los Solares de Valdeosera y Tejada y los linajes diviseros, algunos de ellos titulados, según Privilegio del rey Enrique IV (Real Orden de 1460).

En la fachada principal del palacio hay dos escudos de armas pertenecientes al Solar de Tejada. Está cuartelado por la cruz asturiana de la Victoria, de san Pelayo, o cántabra. En el primer cuartel hay dos castillos almenados sobre los que salen dos banderas, que recuerdan las que puso Sancho Fernández de Tejada en los fuertes de Viguera y Clavijo; en el segundo cuartel hay dos lunas crecientes y a su alrededor trece estrellas, que simbolizan el padre, la madre y los trece hijos: en el tercer cuartel un león rampante; en el cuarto cuartel un tejo de sinople y atado a él un oso, en recuerdo de un episodio de guerra de don Sancho y del valle de los osos (Valdeosera) que recibió.

Está cercado todo por una orla cargada con trece veneras y trece cruces de Santiago, en memoria de la batalla de Clavijo, que simbolizan los trece primeros caballeros de la orden de Santiago, hijos de don Sancho. Alrededor del escudo hay trece banderas con media luna, que simbolizan trece victorias sobre los musulmanes. Se corona con un yelmo de caballero y un león rampante sujetando con la pata derecha delantera una espada.

El solar añadió en el siglo XVI una leyenda tomada de un versículo del Eclesiástico:

“LAUDEAMUS VIROS GLORIOSUS ET PARENTES NOSTROS IN GENERATIONE SUA” (Honremos a nuestros gloriosos antepasados en todas las generaciones) Lección del Libro de la Sabiduría. 44-1-15.

En una chimenea de mármol ubicada en el interior del palacio nos volvemos a encontrar con los dos escudos, aunque en esta ocasión incorporan los dos lemas familiares de Tejada.

BEATIFICAMUS EOS QUI VIROS ET PARENTES NOSTROS (Honremos a nuestros gloriosos antepasados). El lema original es LAUDEAMUS VIROS GLORIOSOS ET PARENTES NOSTROS IN GENERATIONE SUA.

SUSTINUERUNT ET LAUDEAMUS IN GENERATIONE SUA (Honremos a la generación que resistió). El lema original es BEATIFICAMUS EOS QUI SUSTINUERUNT.

De la Hacienda Nadales a la Hacienda de San José

Los orígenes de la Hacienda Nadales se remontan al menos al siglo XVIII, cuando aparecen testimonios de sus primeros propietarios, Miguel Ordóñez (1696) y María Ana Natera (1702), quienes en 1761 la cedieron a sus herederos (Morales, 2012: 493-497). Uno de sus hijos, José Ordóñez Natera, Teniente de Navío de la Real Armada y Caballero de la Orden de Calatrava, compra ese mismo año de 1761 las partes correspondientes a su madre y hermanos y le pone a la hacienda el nombre de San José, que ha tenido durante mas de dos siglos. Los Ordóñez incrementaron de manera notable los terrenos agrícolas y consiguieron importantes aportaciones de agua del Acueducto de San Telmo. En 1838 la hacienda estaba valorada en un millón trescientos setenta mil reales, de los cuales 640 mil correspondían a las tierras, 500 mil a la casa de recreo, el oratorio y otras construcciones, y 224 mil seiscientos al Albercón, que no estaba finalizado. Los últimos propietarios de la familia Ordóñez vendieron todos los lotes de la propiedad entre 1864 y 1868 a Tomás Heredia Livermore (Ramos, 2006: 98-101).

En el año 1878 se publica una estampa de la hacienda, en la que aparecen el palacio, a su izquierda la Casa de Labor, a su derecha el Albercón, y en primer lugar el jardín con los invernaderos. Tanto el jardín como el palacio son obras documentadas de la época de Tomás Heredia. Se pueden plantear dudas en cuanto a las fechas de las otras dos construcciones, el Albercón y la Casa de Labor, que podrían pertenecer a la época de los Ordóñez.

En 1903, tras la muerte de Tomás Heredia y Julia Grund la hacienda pasa a manos de los Larios, quienes la transfieren en 1912 al empresario francés Enrique Jonqueres, siendo adquirida en 1922 por la Sociedad Mercantil la Salud, dedicada a la gestión de centros de salud. En 1923 acordaron la creación de un psiquiátrico con la orden de San Juan de Dios, a la que cedieron las instalaciones en 1941. Este año, por lo tanto, se cumple el primer centenario de esta fundación.

Las principales reformas realizadas por la orden fueron el derribo de la Casa de Labor y la construcción del edificio del Noviciado, proyectado en 1959 por el arquitecto malagueño Enrique Atencia, y la reforma de la entrada principal, en la que desaparece el edificio de la portería, que es sustituido por una pequeña capilla dedicada a san José, que una lápida en la fachada fecha en el año 1943.

Importancia del agua: Acueducto de San Telmo, Estancón y Albercón

Los trabajos de ingeniería hidráulica fueron no solo importantes sino también mantenidos durante años con objeto de asegurar el abastecimiento de agua durante los largos periodos de sequía tan frecuentes en la provincia de Málaga. Tres fueron las construcciones, que aseguraban la llegada de agua al jardín, a las plantaciones agrícolas y al gran número de personas que llegaron a vivir en la hacienda: el Acueducto de San Telmo, el Albercón y el Estancón. Estas actuaciones las convierten en las mas importantes desarrolladas en Málaga, superando a las que hasta entonces se habían llevado a cabo en la cuenca fluvial del tramo final del río Guadalhorce, donde se hallaba el municipio de Churriana.

Es en 1703 cuando se plantea la construcción de un acueducto en el Guadalmedina, el río de la ciudad cuyo cauce era bastante reducido. Los informes negativos del ingeniero militar B. Thurus impidieron su realización. En el año 1780 el ayuntamiento de Málaga vuelve a plantear la obra del acueducto, promoviendo la ejecución de varios informes. Sin embargo, ante las demoras, en 1782 el obispo de Málaga Molina Lario (1722-1783) se ofrece a sufragar las obras a sus expensas. Ese mismo año Floridablanca concede el permiso para las obras, encarga la dirección y administración a los canónigos de la catedral Vicente y Monzón y Molina Sánchez, y nombra arquitecto director a José Martín de Aldehuela. A pesar de la muerte del obispo en 1783 el acueducto es finalizado en 1784, lo que supone todo un hito para las obras públicas, si lo comparamos con el Acueducto del Rey, que tardó casi un siglo en realizarse. En 1785 el arquitecto Domingo Belestá realizó los planos del acueducto.

El acueducto tenía una longitud total de 13.000 varas lineales (10.855 m.) entre la presa ubicada junto al Molino del Inca y la Alcubilla de la calle de Refino, estando formado por atarjeas, caños, alcantarillas, puentes, embovedados, molinos, presas, malecones, minas, estanques, rampas y ruedas de madera, que conducían, embalsaban, decantaban y distribuían el agua a lo largo de su recorrido. Las obras de ingeniería más importantes eran los puentes que salvaban el paso por varios arroyos: Arroyo Hondo, Arroyo de Humayna, Arroyo Quintana y de la Concepción (Camacho, 2014: 249-255). Tenía dos conducciones, uno cerrado para agua potable y otro descubierto para el riego.

Se puede establecer un parangón entre el Acqua Felice, promovido por el papa Sixto V y construido por el arquitecto Fontana, y el acueducto sobre el Guadalmedina, en el que colaboraron el obispo Molina Lario y el arquitecto Jose Martín de Aldehuela, por lo que muy bien podría haber llevado el nombre de Acueducto Molina Lario.

El acueducto acumulaba el agua en un arca ubicada en la calle de Refino, en el barrio alto de Málaga, que exteriormente se manifestaba con un templete, en uno de cuyos frentes se hallaba el escudo del obispo. También se proyectó un lavadero público en el barrio de Capuchinos, lo que no se llegó a realizar. El agua después bajaba por la Plaza de la Merced, la calle de Granada, catedral, puerto, y Alameda, surtiendo de agua a las fuentes públicas, a los palacios, conventos e iglesias a lo largo de su recorrido. El acueducto llegaba hasta el Jardín Botánico perteneciente a la botica de los Tres Presidios Menores, que fue creado el 16 de abril de 1786.

Tras finalizarse la obra se encargó la dirección y administración al Consulado del Mar, mientras que los beneficios de la explotación iban a parar al Real Colegio de San Telmo, cuyo nombre quedó asociado a partir de entonces al acueducto (Morales Folguera, 1986: 44-48).

El Acueducto de San Telmo pasaba por la Hacienda Nadales, que extraía una cantidad importante de agua para llenar dos grandes depósitos de agua: el Estancón y el Albercón.

En lo alto de la hacienda, en medio de un gran pinar, se construyó un gran estanque de agua, el Estancón, que se utilizaba para el riego de los jardines y de las plantaciones agrícolas. Es un elemento fundamental y el mas grande de todos los construidos en los cortijos y en las haciendas de recreo de Málaga, que sigue teniendo uso en la actualidad, al igual que el acueducto.
La otra instalación es el Albercón, ubicado al lado del palacio. Se trata de un gran aljibe de agua para uso doméstico de los propietarios y de los trabajadores, que destaca por los grandes contrafuertes de la base con forma de arbotantes alrededor de un gran edificio de planta rectangular. Es una obra realizada en la época de los Ordóñez, ya que en 1838 estaba valorado en doscientos veinticuatro mil seiscientos reales, una cantidad importante para esa época. En ese momento el edificio aún no estaba totalmente terminado. La estampa de 1878 nos muestra un edificio de dos plantas: una planta baja con grandes contrafuertes neogóticos y una planta superior conformada por una galería de arcos de medio punto, un elemento que ya no existe, por lo que pudo ser eliminado para que no compitiera con el volumen del palacio adjunto.

Descripción de la hacienda del malagueño Eduardo de Lustonó en 1878

Eduardo de Lustonó y Peláez (1849-1905) fue un periodista y dramaturgo malagueño, que colaboró en numerosos periódicos de Málaga y Madrid, a donde se trasladó a vivir, editando artículos y obras de teatro. En 1878 publicó un artículo sobre la Hacienda de San José en la Revista El Campo, que nos presenta el estado de la Hacienda pocos años después de haber sido adquirida por Tomás Heredia (Quiles, 2022).

“El palacio que se levanta en el centro de posesión…pertenece al estilo jónico, es verdaderamente magnífico…Desde sus azoteas se domina el inmenso campo de Málaga, detrás de la ciudad y a los lejos las argentinas aguas del Mediterráneo.
Después de pasar la magnífica puerta de hierro que da entrada a la Hacienda, se encuentra la portería, que es de estilo ojival muy elegante. La avenida o camino de árboles que conduce al palacio, está adornado con Platanus orientalis para sombra.
El Palacio está situado en una pequeña eminencia, y al pie de su escalera principal hay un llano de unos quince metros, hasta donde llegan los coches.

Los jardines de la Hacienda son notabilísimos, habiendo aprovechado D. Esteban Geodfre, a cuyo cuidado están, todos los accidentes del terreno, no sabiéndose qué admirar mas, si las extensas praderas y los anchurosos paseos, o la infinidad de grutas, cascadas, saltadores y lagos para plantas acuáticas que a cada paso se encuentran.

También hay preciosos bosquecillos donde jamás penetra el sol, y donde la soledad y lo agradable de la temperatura convidan al descanso o la meditación.

El que por primera vez visita la Hacienda de San José queda maravillado al saber que las plantaciones mas antiguas de la finca cuentan apenas catorce años, pues la creación de los jardines data de esa misma fecha.

Para dar una idea de la diversidad de plantas con flores que vieron a mediados del último Diciembre varias personas que visitaron la hacienda, y para que puedan juzgar nuestros lectores del templado y hermoso clima de que gozan los malagueños, vamos a citar los siguientes nombres de plantas que allí se cultivan.

Las Vigandias de Carracas, Bibricus de las Indias y de China, con flores dobles y sencillas; Iochromas de Nueva Granada y el Perú, Habrotamnus de Méjico, Heliotropium Del Perú, Passiflora del Perú y Brasil, Bouvardia de Méjico, Ruselia juncea de Méjico, Poindetia pulcherrima (o flor de Pascua) de Méjico, Datura de Egipto y del Perú, Sparmania africana, Ageratum celestinum y álbum de las Antillas, Acacias de la Nueva Holanda, y otra infinidad que no citamos por no pecar de prolijos. En árboles la variedad también es inmensa, descollando los mas raros ejemplares de palmeras, cuajadas de sus dorados frutos.

Los invernaderos son notables y están cuidados con la misma solicitud que toda la Hacienda. En uno de ellos se cultivan las ananas, cuyo fruto carnoso y amarillo al par que sabroso y fragante en su estado de madurez, excita el apetito. En otros invernaderos hay ricas colecciones de plantas tropicales y ornamentales que no resisten el aire libre pero que se van aclimatando poco a poco.

Al lado de la casa está la llamada casa de labor, que bien pudiera llevar el nombre de granja modelo.

Su estilo es el mismo de esas villas que tan frecuentes son en Suiza. Alegre y espaciosa encierra en su seno todas las dependencias de la labor, la cocina de los trabajadores con su hornillo de hierro, donde se guisa a veces para mas de cien hombres; cuadras de los caballos de lujo y para las mulas y asnos de la granja, establos para las reses vacunas, molino de aceite con su prensa de hierro, lavadero, pajar, granero, bodega y almacenes. El capataz y el jardinero de la finca habitan en la casa.
El terreno de la hacienda que corresponde a la granja se divide en dos partes; la una de secano y la otra de regadío. El acueducto de San Telmo atraviesas la finca y es de notar el coto de pinos que allí existe. En cuanto a las viñas, las hay de moscatel para pasas y de Pedro Jiménez para vino. Los olivos, almendros, higueras, algarrobos y limoneros son también innumerables; baste decir que estos últimos pasan de seis mil.

(Lustonó, 1878: 52-54).

De la extensa y pormenorizada descripción de Lustonó se pueden deducir varias cuestiones y, sobre todo, una llamativa ausencia. Eduardo presta mucha atención a los jardines, a los invernaderos y a la Casa de Labor, pero apenas dice nada del palacio, salvo algunos párrafos dedicados a su ubicación y a la gran explanada ubicada en la zona delantera, excelente plataforma para contemplar los jardines y como zona de aparcamiento. Tampoco se habla nada de la construcción ubicada en la zona derecha del palacio, que con sus grandes arbotantes estaba destinada a aljibe o depósito de agua para uso de los dueños y de los trabajadores. De hecho, el centro asistencial lo utilizó para el baño de los enfermos. También se pone de manifiesto tanto el uso lúdico como agrícola de la hacienda con importantes extensiones de terreno dedicadas a viñas, olivos, almendros, higueras, algarrobos y hasta seis mil limoneros. La casa de labor contaba también con almacenes, prensas para el vino y el aceite, bodega y cuadras para los animales. Las explotaciones agrícolas debieron ser muy importantes, ya que en las épocas de las recogidas de las cosechas llegaron a trabajar en la hacienda hasta cien personas.

El texto de Lustonó va acompañado de una estampa muy realista del núcleo central de la hacienda. Está presidida en el centro por el bloque prismático del palacio. A la izquierda se halla la Casa de Labor, cuyo estilo ecléctico recuerda la arquitectura de los palacetes malagueños de la zona del Limonar y de Pedregalejo. A la derecha se halla el Albercón con sus grandes soportes en forma de arbotantes. Por encima asoma la silueta de la Casa del Jardinero de la Hacienda de la Concepción y delante se ven las copas de los árboles del jardín. Y en primer lugar de la estampa se representa el jardín con el gran invernadero y su cúpula india, que recuerda al Real Palacio de Brighton en el sur del Reino Unido, y otros tres invernaderos más pequeños. Lustonó dice que el jardín había crecido en catorce años.

Otra cuestión importante es el nombre del jardinero, al que se atribuye su cuidado y, posiblemente su creación. El nombre de Esteban Geodfre no sería su nombre real, estaría “españolizado”, siguiendo la costumbre española de cambiar los nombres extranjeros por otros mas adaptados al castellano. Su nombre debería ser Stephen Geoffrey o Étienne Geoffroy, de modo que sería de origen inglés o francés. Tanto por el estilo del jardín como por el del invernadero lo más probable es que fuera inglés.

Entrada principal a la Hacienda

Una fotografía de comienzos del siglo XX nos muestra el aspecto de la entrada a la hacienda. A la izquierda se halla el edificio de la portería, conformado por una construcción neogótica con planta en forma de L y tejados muy inclinados, con dos accesos: uno externo cerrado por una verja y otro interno. La puerta central tenía en los lados dos grandes pilares rematados por pirámides, una reja de hierro y otros dos pilares más pequeños. Tiene un gran parecido formal con la portería del Cementerio Inglés de Málaga, realizada en 1856, por lo que muy bien se pudo construir en la misma época.

En los años cincuenta esta entrada fue destruida y sustituida por una nueva, en la que aparecían cuatro nuevos pilares forrados de piedra y rematados por pirámides, tres de las cuales pueden proceder de los antiguos remates. El edificio de la portería ha sido derribado, y en su lugar se ha construido ya en el interior una pequeña capilla dedicada a san José con el Niño, cuya portada neogótica mantiene el estilo de la primitiva edificación de la portería. Una inscripción en la fachada aclara la dedicación y la fecha de la construcción: “San José del Camino de la Montaña. Esta devoción fue iniciada en este lugar el 10 de enero de 1943”. Esta advocación se origina en el santuario del mismo nombre de Barcelona, construido en 1911. Esta obra puede estar relacionada con la construcción en Málaga de un colegio por Santa Petra de San José, nacida en el Valle de Abdalajís, Málaga, en el año 1845. En su interior se venera un grupo escultórico de san José con el Niño.

Edificios para vivienda: Palacio y Casa de Labor

Como la mayoría de las haciendas de recreo, la Hacienda Nadales o de San José tenía dos edificios para los habitantes: una construcción monumental y palaciega para los dueños, en la que el aspecto representativo y simbólico del poder de su propietario era muy importante; y otra construcción más modesta, para la vivienda del jardinero y el capataz y para albergar las explotaciones agrícolas y ganaderas.

Palacio

Se sabe por las fuentes documentales que los Ordóñez habían construido una vivienda residencial importante como casa de recreo, que en 1838 estaba valorada en quinientos mil reales. Debía ser un edificio de gran tamaño, pero que tanto por su distribución interna como por su estilo arquitectónico no debió de ser del gusto de Tomás Heredia y de Trinidad Grund, que encargaron un nuevo proyecto a uno de los grandes arquitectos italianos del momento, Antonio Cipolla (Camacho, 2022: 38.55).

Blanca Lasso de la Vega en su tesis doctoral sobre la Hacienda de la Concepción (Lasso de la Vega, 2015: 68) recoge la información de la Revista El Folletín, publicada el 24 de octubre de 1875, sobre la llegada a Málaga de los jóvenes príncipes italianos Matteo Colonna di Sciarra, quien entre sus numerosos títulos era Grande de España, y Ladislao de Odescalchi el 12 de octubre de ese año. En Málaga visitaron algunos de sus monumentos, poniendo de manifiesto “la carencia total del bello sexo por las calles”, algo que debió extrañarles, porque repiten este argumento varias veces durante su estancia, así como el fuerte viento en su visita a la Alameda, conocida entonces como Alameda de los Tristes. Los jóvenes príncipes, Colonna tenia 25 años, asistieron a varias representaciones en el Teatro Principal, el domingo fueron a la misa de la catedral, hicieron una rápida visita a Granada, y fueron recibidos por algunos miembros de la burguesía malagueña. La señora Juana María de Clemens organizó un baile en su residencia, donde pudieron bailar con jóvenes malagueñas, a las que invitó a visitar su barco Sappho, anclado en el puerto. En el álbum de memoria del barco se citan los nombres de los invitados, en los que aparecen muchos conocidos de la alta sociedad: Disdier, Heredia, Müller, Huelin, Clemens, Oyarzábal, Quesada, Sandoval, Bruna (Vicecónsul de Italia), Scholtz, Mac-Culloch, Pries, Pickman. El sábado Agustín Heredia los invitó a visitar la Hacienda San José, propiedad de Tomás Heredia. Es en esta visita donde el príncipe Matteo Colonna cita al “arquitecto romano Cipolla” como autor de los planos de la nueva casa. Habla también de los monos, que se disputaban los dátiles y bizcochos, que les ofrecían los invitados, que refleja la presencia de animales sueltos por el jardín, así como el refresco servido en “un elegante cenador”. Este cenador, que posiblemente sería de hierro fundido y que hoy ya no existe, era un elemento arquitectónico frecuente en los grandes jardines europeos.

Antonio Cipolla (1822-1874) era de origen napolitano, aunque desarrolló la mayor parte de su carrera artística en Roma, donde destacó por la búsqueda del desarrollo de un estilo “nacional” simbólicamente asociado a la Italia del Risorgimento (Portoguesi, 2013) y a su unificación política, que se caracterizó estéticamente por el revival del neorenacimiento.

El resultado final del proyecto es consecuencia de un proceso evolutivo y de maduración, que condujo al edificio que hoy contemplamos, inspirado en modelos renacentistas italianos, entre los que se pueden citar la Villa Farnesina y La Villa Borghese de Roma, y la Villa Farnese de Caprarola. En el Fondo Cipolla del Archivio Storico de la Academia de San Lucas de Roma se conservan siete planos correspondientes al Projet pour une maison de Campagne pour Mr. Heredia, que muestran el proceso evolutivo del diseño del palacio de Tomás Heredia (Marconi, 1974: 2994-3000).

Desde el punto de vista estético el aspecto exterior del palacio es espectacular, destacando la terraza retranqueada sobre el pórtico jónico de la fachada, desde cuya altura se tiene una amplia panorámica de los jardines, aspecto fundamental en todos los jardines de inspiración renacentista, que caracteriza a la Hacienda Nadales, a pesar de su estética paisajista. Hay, no obstante, dos aspectos no bien resueltos en el proyecto definitivo, pero que sí estaban presentes en el proceso inicial, como se observa en un plano de la planta baja del palacio, donde aparecen los usos y funciones de los distintos espacios escritos en francés. Estos dos elementos ausentes hoy día, pero que son muy importantes en un palacio de estas características, son la escalera monumental y representativa y los accesos para el servicio.

Si analizamos el plano titulado Projet pour une maison de Campagne pour Mr. Heredia, que está ilustrado en los lados superiores con los usos de cada uno de los espacios, esta es la distribución de la planta baja del palacio, que aquí corresponde a la planta noble.

  1. Escalera de la habitación del servicio
  2. Ante dormitorio
  3. Salón
  4. Billar
  5. Gabinete
  6. Comedor
  7. Oficina
  8. Escalera de servicio interior que conduce a la cocina
  9. Habitación de invitados
  10. Capilla
  11. Escalera exterior que conduce a la cocina
  12. Cuarto de baño
  13. Pórtico
  14. Habitación de los niños

Tradicionalmente se ha considerado que la planta del palacio tiene forma de H con la capilla en el centro. En realidad, la planta es rectangular, de la que sobresalen ligeramente las dependencias de los brazos posteriores laterales. El eje central estaba formado por el pórtico, una gran estancia denominada Billar, y la escalera de caracol con planta circular y acceso desde la fachada posterior, que correspondería a la entrada de servicio. La capilla estaba ubicada en el brazo derecho sobresaliente de la fachada posterior. El resultado final del proceso evolutivo cambiaría algunos usos y localizaciones importantes. La escalera de caracol, que podría tener un simbolismo masónico, es sustituida por una capilla de planta rectangular con los ángulos achaflanados. La entrada de servicio se lleva a la fachada lateral izquierda, donde se elimina una escalera exterior, que comunicaba con la cocina ubicada en la planta alta. La escalera interior de servicio se convierte en la única que conduce a la planta alta, de manera que se suprime la escalera monumental, que caracteriza a todos los palacios importantes. Por otro lado, esta escalera interior se traslada al lado izquierdo de la capilla en un espacio rectangular creado como ante dormitorio de la habitación de invitados. En la antigua localización de esa escalera se va a ubicar el Estudiolo o Gabinete de Tomás Heredia, inicialmente situado en la fachada principal, en el lado derecho del pórtico. Su importancia estaba señalada por la chimenea de mármol blanco con los escudos del propietario, que incluyen los lemas familiares de los Tejada. Uno de los elementos más destacados del palacio es la decoración con pinturas murales pompeyanas de las paredes y el techo del Gabinete.

El palacio estaba equipado con muebles de estilo inglés, que se conservaban hasta los años noventa del siglo XX, cuando desaparecieron. En la actualidad solo se conservan las puertas de madera, los frentes de tres chimeneas, dos de mármol y uno de madera, un espejo de caoba, un techo de artesonado de madera, adornado con figuras geométricas, y otro de escayola también con figuras geométricas. Muy interesante es la perspectiva que se obtiene de los tres salones dispuestos en la fachada principal tras el pórtico.

Gabinete de las Musas

Desde que Carlos VII de Nápoles y Sicilia, que en 1759 sería nombrado rey de España, emprendiera las excavaciones de las ciudades romanas de la Campania, Pompeya y Herculano en 1738, la pintura pompeyana se hace presente en la decoración de los interiores de los palacios reales españoles del siglo XVIII de El Pardo, El Escorial y Aranjuez. Con posterioridad, en el siglo XIX, son numerosos los palacios de la aristocracia y de la burguesía española, así como otros edificios públicos, casinos y teatros, los que introducen los temas pompeyanos en salones y gabinetes gracias a diversas publicaciones, como Le Antichità di Ercolano esposte, que difundieron por toda Europa los motivos decorativos. Los autores de estas decoraciones pictóricas fueron tanto pintores italianos como Orestes Mancini, que trabajó en diversos palacios desaparecidos de Madrid, así como pintores españoles formados en Italia, que decoraron los salones de palacios madrileños como el del malagueño Marqués de Salamanca, y el Palacio de Linares, en los que trabajaron pensionados por la Academia de San Fernando, como Alejandro Ferrant, Casto Plasencia, Francisco Javier Amérigo, Manuel Domínguez Sánchez, Ricardo Villodas, y Sebastián Gessa (Romero, 2016: 55-74).

Los temas, el estilo y la cronología, de las pinturas del palacio de Linares, actual Casa de América, construido por José de Murga, Marqués de Linares, son muy parecidos a los frescos de la Hacienda de Nadales, por lo que muy bien pudieron haber sido realizados por alguno de los pintores becados en Roma.

Las pinturas murales del Gabinete son de dos épocas, dos estilos y de dos artistas diferentes. Las más antiguas corresponden a la etapa de Tomás Heredia y están relacionadas con las imágenes de la publicación Le Antichittà di Ercolano Esposte. Aunque desconocemos el nombre de su autor, debieron haber sido realizadas por un artista académico, formado en Italia. Las segundas son de peor calidad, se inspiran en las pinturas de la Sala del Triclinio de la Villa de los Misterios y de la Sala de Cupido de la Villa de los Vettii de Pompeya, y debieron haber sido ejecutadas en torno al año 1909, cuando fueron descubiertas las pinturas de la Villa de los Misterios.

El principal modelo de estas decoraciones fue la obra Le Antichittà di Ercolano Esposte, publicada en ocho volúmenes con estampas y textos explicativos entre 1757 y 1759, que recogen las obras encontradas en todas las excavaciones emprendidas por los Borbones en el Golfo de Nápoles, que incluían Pompeya, Estabia y dos lugares de Ercolano: Resina y Portici. Incluían 619 grabados en cobre, algunas dobles, 8336 viñetas y 540 letras iluminadas diseñadas por el arquitecto real Luigi Vanvitelli y grabadas por Carlo Nolli. Los cuatro primeros volúmenes recogen las pinturas murales, que inspiraron la decoración de los muros y del techo del Gabinete de la Hacienda Nadales.

Una portada de madera de caoba rematada por un arco de medio punto recortado da acceso al Gabinete, cuyos muros están decorados con pinturas inspiradas en las decoraciones de las villas y palacios de las ciudades vesubianas. El Gabinete está consagrado a las Musas, ya que frente a la entrada se ha representado un bodegón con la viñeta del capítulo dedicado a Apolo y a las Musas, inspirado en la Teogonía de Hesiodo, poeta griego del siglo VII a. C., y que se halla ubicada en la Tabla II del Libro Segundo de Antichitá. Se han seleccionado los atributos de algunas de las nueve musas para componer este bodegón, en el que aparecen los siguientes elementos: en el centro una caja cilíndrica abierta, donde se ven papiros enrollados, un volumen abierto con un texto escrito y una cartela, atributos característicos de Clío, Musa de la Historia.

A izquierda y derecha se ha representado un grupo de monedas y una bolsa cerrada. Su significado no está claro, aunque pueden referirse a la riqueza que emana de la cultura. La presencia de algunas máscaras en las paredes puede aludir a las musas de la Comedia, Talía, y de la Tragedia, Melpómene. En un friso ubicado sobre la ventana se ven dos máscaras, cuyas expresiones simbolizan a la Comedia y a la Tragedia. En los laterales dos putti cabalgan sobre un cangrejo y un carro tirado por delfines. Recuerdan algunos mosaicos de la Villa de Casale en Sicilia.
Utilizando como marco una arquitectura ilusionista inspirada en el cuarto estilo pompeyano, se desarrollan numerosas pinturas polícromas con escenas, vistas de villas marinas, figuras masculinas y femeninas aisladas, animales reales y mitológicos, candelabros, jarrones, composiciones vegetales, aves, máscaras, delfines, y dragones.

Las viñetas con vistas nocturnas o diurnas de villas campestres o marítimas, con barcos y figuras que pescan o trabajan en diversas labores, son posiblemente las más abundantes de la Antichittà, y hay varias representaciones en el Gabinete de Tomás Heredia.

Hay una serie de figuras de pequeño formato colocadas entre las arquitecturas fingidas. Una de ellas representa a un joven cubierto con una túnica roja llevando una cesta de mimbre en la mano izquierda y una rama en la derecha. Parece como si estuviera esparciendo el producto que se halla en la cesta. Otra figura es una joven, que lleva una cajita sobre un cojín. Y podría señalarse otra joven con vestidos rojos y celestes, cubierta con hojas y portando un plato con algún tipo de vegetación indefinida.

Hay varias composiciones más elaboradas de escenas que podrían definirse de religiosas, formadas por figuras humanas, animales, altares, columnas y otros objetos. Uno de estos frisos está formado por seis figuras humanas, aunque su estado de conservación no es muy bueno. Se halla en mejor estado otro friso, que representa una escena religiosa de sacrificios ante un altar, que copia la banda inferior de la Tabla XLV del Libro Cuarto de Antichitá. De izquierda a derecha se representan las siguientes imágenes: una piedra rematada por un Hermes, que no aparece en la pintura del Gabinete; una joven coronada con flores y un canasto en las manos; otra mujer de edad más avanzada cubierta con un manto blanco, cabeza coronada con flores, una varilla amarilla en la mano derecha con una serpiente envuelta, y en la izquierda un bastoncillo; un carnero llevado por un joven semidesnudo con un largo tirso sobre la espalda, coronado de espigas y orejas de cabra; en medio de la pintura hay un altar de color pórfido, la mesa o ábaco cóncavo a manera de mesa, con dos bastones apoyados en un lado y en el otro un libro oblongo, y sobre el altar una columna rota blanca, una cinta y un árbol; sobre el altar un viejo con barba y cabellos blancos y un tirso en la mano vierte el líquido de una taza; una mujer coronada de flores y dos tibias amarillas en las manos; la última figura tiene los cabellos rubios con un tirso en la mano derecha y un canastillo en la izquierda con dos higos o frutas similares en el interior.

El universo mitológico está presidido por un bello caballo de mar o hipocampo de color azul, cabalgado por una dama en el centro del techo de la habitación, que podría representar a Venus, ya que le sigue un putto con una sombrilla cubriendo su cabeza. Venus aparece incluida como una musa, junto a Giunone y Pallade. El techo está enmarcado por un friso de color azul, en el que alternan, dragones metastizados, flores y máscaras. También hay una pareja de centauros. Uno es femenino, coronado por una flor de loto y un roleo en la mano derecha. Y el otro es masculino y aparece luchando con una maza con una leona, que le persigue. Encontramos igualmente varios grifos y pegasos con las alas explayadas.

Aves, pájaros, viñas y otras frutas, jarrones de cerámica y de metal, copas, mesitas, cabras enfrentadas comiendo de los racimos de uvas, flores, y diversos ramos enrollados ponen las notas más realistas en este universo iconográfico inspirado en las pinturas extraídas de las excavaciones pompeyanas, expuestas en el Museo Real y difundidas por toda Europa gracias a publicaciones como Le Antichittà di Ercolano Esposte, editadas en la Estampería Real de Nápoles, gracias al patrocinio del rey Carlos III, el hijo de los reyes españoles Felipe V e Isabel de Farnesio, que tras la muerte de su hermanastro Fernando VI heredaría la corona española, trayendo a España el gusto por el neoclasicismo y el arte de las ciudades romanas nacidas a la sombra del Vesubio.

La segunda etapa de las pinturas puede corresponder con la propiedad de la familia Larios. En esta época se hacen tres representaciones, dos de las cuales copian escenas de la Villa de los Misterios, construida como villa suburbana fuera de la ciudad de Pompeya en el siglo II a.C. Una de sus salas, asociada con el Triclinio, fue decorada con pinturas murales, que representan escenas del rito mistérico de iniciación relacionado con Baco, deidad muy importante en la Campania, donde la producción de vino era una de sus principales actividades agrícolas. La villa fue excavada a partir del año 1909. Los frescos se hallan en una sala de 40 metros cuadrados y han sido fechados a mediados del siglo I a.C. Con 17 metros de largo y 3 de alto representan 29 figuras de tamaño natural sobre un fondo plano de color rojo. Se han dado diversas interpretaciones a estas escenas situadas en un friso corrido entre pilastras pintadas de negro y verde, y enmarcadas por un friso de grecas: preparativos de una boda con el ritual de iniciación de la novia al dios Baco, rito iniciático o mistérico inspirado en la cultura greco romana. La figura principal es la de Baco, relacionado con la agricultura y con las bacanales. En el panel central se representa la boda de Baco y Ariadna en la isla de Naxos tras haber sido abandonada por Teseo.

El desarrollo de las escenas sería el siguiente: escena de la lectura (dos mujeres y un niño desnudo leyendo un papiro, que representarían a Baco niño, acompañado de una sacerdotisa o matrona sentada, llevando en la mano izquierda un papiro enrollado); escena del ágape ritual (una sacerdotisa y sus ayudantes, un Sileno tocando la lira); escena de la danza (procesión dionisíaca con un sileno, una mujer tocando la siringa o flauta de Pan y una mujer como bacante o ménade danzando); escena de la adivinación, escena de la boda de Dionisos y Ariadna (varios sátiros y silenos, uno de ellos portando una máscara, Baco y Ariadna); escena del descubrimiento del falo ritual (una mujer arrodillada descubriendo el Falo, símbolo de la fertilidad, una mujer con alas, flagelación de la iniciada, una mujer desnuda convertida en Bacante tocando los crótalos junto a una sacerdotisa con un tirso; la representación termina con la novia peinándose, asistida por una doncella y un Cupido).

Dos han sido las imágenes elegidas en el Gabinete de Heredia, que han sido extraídas del friso, por lo que han perdido su significado original, colocadas sobre un fondo rojo y enmarcadas por un friso geométrico y vegetal: la imagen del niño Baco desnudo, leyendo el papiro junto a una matrona o sacerdotisa, que le sujeta el cuello con la mano derecha, mientras que en la izquierda lleva un ramo de rosas en vez del papiro enrollado original, lo que posiblemente se deba a la restauración. La segunda de las escenas elegidas tiene una más difícil interpretación, ya que se halla en muy mal estado de conservación. Puede relacionarse con una joven o ménade danzante, y también como una doncella o novicia.  La imagen actual, producto de su mal estado de conservación y de una mala restauración no tiene ningún parecido con la fotografía del Gabinete del año 1924. Aunque en principio podría pensarse en el uso de un modelo de la Sala de Cupido de la Casa de los Vettii de Pompeya, que fue excavada entre 1894 y 1896, en realidad el modelo utilizado se hallaría en una de las Ménades de Le Antichità.. La actual ménade del Gabinete aparece de frente, casi desnuda, con un velo transparente cubriendo las piernas y tocando el crótalos con ambas manos. Por el contrario la Ménade original se hallaba bailando con las manos extendidas y sujetando el vestido.

De este modo los modelos del Gabinete habría que buscarlos no solo en los grabados de los libros de la Antichità, sino también en las pinturas de varias villas de Pompeya, los Vettii y los Misterios, que estaban siendo excavadas a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, y que volvieron a poner de moda las pinturas romanas de villas, construidas y decoradas en los siglos II y I a.C.

La tercera de las representaciones corresponde a un detalle de una escena más amplia, de la que solo se ha conservado la imagen muy realista de una joven en un interior, que tanto por su vestimenta como por el enmarque arquitectónico y por el mobiliario podría considerarse como una escena de finales del siglo XIX o comienzos del siglo XX. Solo se ha conservado la zona central, el resto se ha perdido y hoy está ocupado por una superficie de color rojo.

Capilla de San José

Otro de los espacios privilegiados del palacio es la capilla, consagrada a san José como toda la hacienda desde comienzos del siglo XIX. Originalmente el espacio dedicado a capilla era la habitación ubicada en el brazo derecho posterior de la planta baja. Tenía planta rectangular, presbiterio en uno de sus lados menores y dos ventanas en los otros dos lados exteriores. Sin embargo, en el proceso constructivo se decidió rechazar esta ubicación lateral y escoger el espacio destinado inicialmente a la escalera de caracol, ubicada en el centro de los dos brazos del rectángulo y con acceso directo desde la fachada trasera. Este espacio era originalmente circular, pero al convertirlo en capilla se transformó en rectangular con los ángulos achaflanados para la colocación de hornacinas. La capilla se cubre con una cúpula elíptica, cuenta con una pequeña tribuna para la familia, presbiterio rehundido en la cabecera para el altar y el sagrario, y una pequeña pila de mármol para el agua bendita. Tiene portada de piedra formada por pilastras y arco de medio punto enmarcado y rematado por una cornisa.

La capilla estuvo presidida hasta los años ochenta del siglo pasado por el cuadro de San José con el Niño, que hoy se encuentra frente a la entrada principal sobre la chimenea de mármol negro veteado. Es en ese momento, cuando el San José, al que estaba dedicada la capilla, es sustituido por el actual lienzo de la Inmaculada, una obra de inferior calidad.

El lienzo de San José con el Niño es una obra anónima excelente, del siglo XVII y su estética puede relacionarse con el estilo de Alonso Cano. Una poderosa arquitectura, abierta al fondo al paisaje, da profundidad al primer plano, en el que se hallan San José, que sostiene con el brazo izquierdo al Niño, que está dormido, mientras que se lleva la mano derecha al pecho como señal de adoración: Por encima del patriarca dos parejas de ángeles sostienen una corona de flores y la vara florida. A sus pies una columna rota, un capitel y el cuerpo descuartizado de un niño aluden a la matanza de los inocentes.

En el mismo salón, donde se halla el lienzo de San José, hay otro, que representa a San Juan de Dios recogiendo a un enfermo para llevarlo al hospital. Está fechado en 1939. En otro de los salones hay gran lienzo con una escena inspirada en la serie de Sorolla sobre los pueblos de España.

Casa de Labor

A la izquierda del palacio se hallaba la Casa de Labor, una construcción importante que fue realizada por la familia Ordóñez, con la vivienda del jardinero y del capataz, y que incluía las dependencias destinadas a almacenes, cuadras, la cocina de los trabajadores y el lavadero. Lustonó afirma que su estilo se parecía a las de las villas de Suiza. No obstante, si observamos el grabado del año 1878, podemos ver que se parecía por su eclecticismo y por sus cubiertas a los hotelitos o villas malagueñas construidas en los barrios del Limonar y Pedregalejo. Esta construcción debió conservarse hasta el año 1959, cuando la orden hospitalaria la derribó para ubicar en su lugar el noviciado. Fue proyectada por el arquitecto diocesano Enrique Atencia, que respetó el estilo y los vanos de la Casa de Labor en el edificio central, añadiéndole dos alas laterales. La puerta principal, que parece ser antigua, incluye dos de los atributos característicos de la orden: la granada y la cruz.

Jardines

La Hacienda Nadales fue construida como una hacienda de recreo por Tomás Heredia, en el ambiente de las numerosas villas de recreo creadas por la burguesía malagueña en el siglo XIX al calor del auge económico tanto en la propia ciudad de Málaga, como en Churriana y en el cauce del río Guadalmedina.

En uno de los planos de planta del palacio, sin fechar, la hacienda es denominada como Maison de Campagne, es decir como Casa de Campo. Está conformada por una villa suburbana ubicada en las afueras de la ciudad de Málaga, una estructura aterrazada de origen italiano, y un diseño paisajista formado por caminos irregulares que se adaptan al terreno y conducen a plazoletas centralizadas por elementos decorativos. A pesar de estos orígenes italianos e ingleses los jardines responden claramente a su adaptación al medioambiente del enclave físico en el que están situados. Por un lado, con sus grandes árboles se busca la creación de un microclima con objeto de lograr un ambiente agradable en los largos y calurosos meses del verano malagueño, así como protegerlo de los vientos cambiantes de la bahía de Málaga, que pueden llegar a variar la temperatura hasta en quince grados en muy poco tiempo.

Jardín paisajista

El jardín paisajista nace en Inglaterra en un momento en el que estéticamente triunfaba el clasicismo. Frente a la línea recta de los jardines barrocos, en el jardín paisajista se impone la línea curva, denominada como línea de la belleza, que se va a utilizar en toda Europa como leitmotiv del nuevo estilo. Para sus diseños se parte siempre del análisis del territorio, buscando la explotación de sus características naturales. En su configuración se pueden observar las siguientes características. Evolución a partir de la situación de la cultura inglesa. Relación con las teorías de poetas y filósofos. Influencia de los pintores paisajistas del siglo XVII. Presencia de elementos provenientes de la jardinería china. Aparición de profesionales de la jardinería. Uno de estos profesionales de origen inglés fue el autor de los jardines de San José. Influencia del arte clásico italiano, debido a la costumbre de realizar el Gran Tour, un viaje por Europa que terminaba en Italia. Esta práctica es también seguida por los miembros de la alta sociedad malagueña, que solían hacer viajes por Europa que duraban varios meses.

Otro aspecto importante del jardín paisajista es la influencia de la masonería. A partir de 1717 muchos dueños y diseñadores de jardines ingresan en la Gran Logia Masónica de Londres, confiriéndoles una serie de principios estéticos y simbólicos característicos de estas sociedades secretas y filantrópicas. Como había ocurrido con la emblemática en siglos precedentes, ahora una serie de textos con connotaciones históricas y políticas se convierten en un lenguaje secreto sólo compartido por el grupo de personajes de la alta aristocracia, que pertenecen a las logias masónicas.

Como decía, refiriéndome a otro jardín de Málaga, el Jardín del Retiro de Churriana, este jardín “no es solo un hermoso espectáculo de la naturaleza y el adecuado complemento a una bella residencia aristocrática. Estos jardines fueron creados como un verdadero microcosmos, en el que se plasma la mentalidad de sus creadores y primeros propietarios” (Morales Folguera, 2000: 0306).

Manuel Agustín Heredia, masón

Manuel Agustín Heredia (1786-1846), padre de Tomás, estuvo en contacto con algunos de los integrantes de la masonería y del saint-simonismo, como Ferdinand Lesseps, ingeniero de los canales de Suez y Panamá. A través de Gibraltar y del mismo puerto de Málaga pudieron llegar estas teorías, que promovían el desarrollo de la sociedad a través de la industrialización y el comercio. Tanto en sus altos hornos de Málaga como en su monumento construido en el año 1850 aparece el lema CONSTANTIA ET LABORE. Estas dos palabras son las que tradicionalmente acompañan un emblema de origen masónico, formado por una mano, que sale de una nube y que sujeta un compás, con el que traza un círculo sobre una tabla. A veces se incluyen a ambos lados las imágenes de Hércules y de la Constancia. El mote del emblema es LABORE ET CONSTANTIA. Es posible que Tomás heredara de su padre esta adscripción a la masonería española (Morales Folguera, 2020: 331-341).

Símbolos masónicos del jardín paisajista

Dispersos por los jardines paisajistas se colocaban diversos elementos arquitectónicos y escultóricos de forma escénica y teatral, como si fueran escenografías evocadoras de inspiración romántica, en los que se suceden escenas de terror, escenas idílicas y escenas de melancolía. El visitante se podía ver además afectado por temblores de tierra, lluvias artificiales y explosiones. Entre los elementos característicos aparecen las grutas, las ruinas, que anticipan el culto al ruinismo de la época romántica, así como las ermitas, las cabañas rústicas, los maniquíes y los personajes reales que vivían como verdaderos ermitaños en cabañas construidas dentro del jardín. De este modo el jardín se convierte en un verdadero museo al aire libre.

Grutas

Las grutas, realizadas con piedras irregulares y adornadas con conchas, piedras y cristales, simbolizaban el refugio del filósofo ermitaño enemigo de los palacios y del lujo. De las numerosas grutas, de las que habla Lustonó en 1878, sólo se han conservado dos. Lasso de la Vega comenta también de la existencia de varias grutas con cascadas.

La gruta de San Lorenzo ocupa un lugar central en el jardín. Se halla en el centro del muro de piedra, que sostiene la explanada y desde abajo tiene como fondo la fachada del palacio. Está ocupada por una escultura en piedra del santo, vestido con la dalmática de diácono y con la parrilla en la que fue martirizado. San Lorenzo está relacionado con el Santo Grial, que trajo a España y que se halla depositado en la catedral de Valencia, en cuya fachada barroca hay una escultura del santo. La leyenda del Santo Grial está asociada con la orden de los Templarios, que se hallan en el origen del ritual francmasónico. A los templarios se les atribuía la posesión del Santo Grial, y los masones incorporaron el cáliz como uno de sus atributos o alegorías (García Arranz, 2017: 201-218).

Más grande es la gruta ubicada en la zona inferior del jardín, a la que se accede tras atravesar un puente, donde se han colocado dos esculturas que representan la escena de la aparición de la Virgen a la joven María Bernadette en 1858 en la gruta de Massabielle de Lourdes, seis años antes de que Tomás Heredia adquiriera la Hacienda. A la Virgen, que se reveló a Bernadette como la Inmaculada Concepción, se le atribuyen no solo curaciones milagrosas, sino también conversiones de ateos, masones, apóstatas y herejes. La imagen de la Virgen lleva un vestido blanco, un cinturón azul y rosas rojas en los pies. La madera sin tallar de los laterales del puente, que hay que atravesar para llegar a la gruta, le dan un aspecto más paisajista y natural a la escena.

Otros símbolos masónicos del jardín

Los jardines de la Hacienda Nadales incluyen también otros símbolos, que pueden relacionarse con la masonería: la columna ubicada en el centro de una plazoleta y el obelisco colocado en el centro de un banco decorado con cerámica trencadís, que se halla en la zona baja de los jardines junto al lago.

Columna

Aunque hay varias columnas dispersas por el jardín, que tienen un uso decorativo, una de ellas, con capitel y basa, como para soportar algún elemento desaparecido, que podría haber aclarado su significado, y colocada en el centro de una plazoleta, pudo haber tenido un contenido conectado con la simbología de los jardines masónicos. Las encontramos en jardines paisajistas europeos, en los que suelen relacionarse con las columnas del Templo de Salomón, Jakín y Boaz, que se hallaban en el pórtico de entrada. Son elementos frecuentes en las logias masónicas. Aluden a la solidez y a la fortaleza (García Arranz, 2017: 170-177).

Obelisco

Otro de los elementos arquitectónicos, que puede conectarse con la masonería, es el obelisco. En la zona baja del jardín, hay un obelisco en el centro de un banco de obra, recubierto con cerámica de trencadís, un tipo de decoración arquitectónica característico del modernismo, asociado con el arte catalán y especialmente con Antonio Gaudí, que lo utilizó profusamente en muchas de sus obras, una de las cuales, el famoso banco del Parque Güell, puede relacionarse con el banco de Nadales. El obelisco, que tiene en la zona baja una fuente con su taza y su surtidor, termina con una bola, en la que se aprecia una espiga, que debía soportar algo que ha desaparecido.

Sin duda es el símbolo masónico más claro del jardín. Recuerda una estampa de Derais y de Louvion, en la que se aprecian dos pirámides rematadas por una bola y un pequeño cono junto a una escena, como alegoría de la beneficencia masónica. El obelisco es un símbolo fálico, pero desde la época egipcia ha sido relacionado con el sol.

Como otros símbolos masónicos, la columna y el obelisco están relacionados con emblemas utilizados en los siglos XVI, XVII y XVIII. La columna la encontramos en numerosos emblemistas: Mendo, Saavedra, Lorea, Borja, Villava, Iglesia, Heredia, Gómez, Soto y Covarrubias. En todos ellos destaca como símbolo de la fortaleza, el gobierno, la rectitud, la fama, la constancia, la rectitud, la sabiduría fortalecida por la experiencia. También estaría relacionada con las columnas de Hércules y con las columnas del Templo de Salomón (Bernat y Cull, 1999: 301, 413, 414, 417, 420, 421, 923, 947, 1459). En cuando al obelisco, que se asemeja a la pirámide, lo hallamos en Saavedra, Borja, Núñez de Cepeda, Covarrubias, Gómez, Romaguera y Horozco. Se utiliza como símbolo de la vejez, el gobierno, la fama, la inteligencia, el ingenio, la agudeza, la virtud, la constancia, la rectitud, etc. (Bernat y Cull, 1999: 469, 1177, 1178, 1179, 1350, 1351, 1352).

Arquitectura del hierro y del cristal

La existencia de numerosos elementos de hierro forjado en el jardín puede considerarse como normal, puesto que los Heredia fabricaban estos productos en su fábrica de la Constantia et Labore. En el jardín se conservan algunas tapas de registros, que llevan la inscripción “SAN JOSE F.H.”. También debieron haber farolas de gas procedentes de la Herrería, como las que existían hasta hace poco en algunas calles de Málaga, y que han sido sustituidas por farolas que imitan las fernandinas del siglo XIX.  El cenador, al que antes nos hemos referido, también debió ser de hierro fundido, aunque no sabemos su forma. Estos cenadores solían ser exentos y de planta circular, aunque lo más probable es que fuera similar al existente en los Jardines de la Concepción.

Uno de los aspectos más importantes del mobiliario del jardín estaba formado por los invernaderos, donde se aclimataban las plantas llegadas de países tropicales antes de ser reubicadas. Lasso de la Vega habla de la existencia de siete invernaderos. En la estampa de 1878 se pueden observar cuatro. Solo se ha conservado el más grande, que es uno de los grandes ejemplos históricos de la arquitectura de hierro y cristal de la Málaga del siglo XIX, que desgraciadamente ha perdido alguno de los más importantes. Formalmente es muy similar, al que existía en los jardines de la Aurora, propiedad de la familia Larios: espacio central rematado por una cúpula con ciertos resabios indios para árboles y plantas de mayor altura, que recuerda formalmente al palacio inglés de Brighton, y dos alas laterales abovedados. Los hierros no tienen ninguna firma, a diferencia de las obras que salían de la Constantia et Labore, por lo que no sabemos si se hizo en Málaga o se adquirió en Inglaterra o en otro país.

El agua con uso lúdico

Ya hemos visto los importantes trabajos realizados en la Hacienda para acumular el agua necesaria para el uso doméstico, para el riego de los cultivos agrícolas y de las plantas del jardín. Pero el agua desde la Antigüedad ha tenido en los jardines un importante uso lúdico y de divertimento: estanques para paseos en barco y para el baño, cascadas y juegos de agua, fuentes y lagos. En Nadales había cascadas, estanques o albercas, un pequeño lago, grutas con cascadas y numerosas fuentes, algunas de las cuales tienen un carácter monumental.

En la zona inferior de los jardines hay un pequeño lago de trazado alargado con una pequeña isleta en el centro y un puente de madera como fondo de la perspectiva. Una pequeña cascada le surte de agua a este espacio recoleto del jardín.

En el jardín hay además cuatro fuentes, que tienen un carácter decorativo y una intención monumental. Tres de ellas tienen como motivo iconográfico a niños y un estilo muy parecido, por lo que deben proceder del mismo autor y  taller. Muy diferente es la ubicada a la izquierda del palacio, a la que podríamos denominar como la Fuente de los Caballos. Tiene un recipiente de agua de mármol apoyado en el suelo, y un frente de obra pintado con un surtidor con forma de cabeza de león, y encima dos cabezas de caballos con argollas en la boca. Parece una fuente destinada a dar agua a los caballos, que conducían los carruajes, en los que se desplazaban los habitantes de la hacienda y sus invitados.

Delante del Albercón se halla la Fuente del Niño con la canasta de flores. La fuente consta de una taza circular y en el centro la escultura de un niño sonriente vestido con botas hasta la rodilla, pantalón largo, chaleco abotonado y chaqueta remangada, sosteniendo con la mano derecha una canasta con flores y con la izquierda alza una copa. La escultura se ubica sobre un pilar de piedra con surtidores en sus frentes en forma de mascarones, y una pequeña columna también de piedra.

Otra de las fuentes, ubicada en una plazoleta del jardín es La Fuente del Niño de la concha. En medio de una taza de piedra se alza sobre un montículo de piedras la escultura de un niño semidesnudo con dos delfines en los pies, que unen sus colas por detrás, sosteniendo una gran concha sobre la cabeza, que sujeta con la mano derecha.

La cuarta fuente, situada también en una plazoleta del jardín, es la Fuente del Niño del barrilito. En el centro de una taza de piedra se alza sobre un montículo de piedras una columna y una pequeña taza, un niño que lleva sobre el hombro un barrilito, que sirve como surtidor. En la zona inferior, entre el montículo de piedras hay varias morsas, que debían funcionar con surtidores.

Mobiliario decorativo

Un mobiliario diverso y disperso por el jardín acaba de darle la configuración característica de un museo al aire libre. Bancos de piedra sobre soportes decorados con figuras humanas, que parecen inspiradas en el arte románico, macetas de cerámica, varios fustes de columnas, que pueden provenir de algún derribo, y especialmente el busto de un joven, colocado sobre una columna. Pintado en gris claro, como todas las esculturas del jardín, representa la cabeza muy realista de un joven en su frente, mientras que la zona trasera es solo un bloque prismático sin tallar. Este tipo de bustos, realizado en los talleres de cerámica malagueños, era muy frecuente en algunos jardines urbanos de Málaga, como la Alameda, en palacios, como el edificio de la Aduana, y en las haciendas de recreo de Churriana: San Javier, Cortijo de la Cruz y Moreno Villa.

Colección de antigüedades

Continuando el modelo de su hermana Amalia y de su cuñado Jorge en la Concepción, así como el de otros burgueses y aristócratas malagueños, Tomás Heredia y su familia adquirieron obras de la Antigüedad encontradas en excavaciones de la provincia de Almería para decorar los jardines. Como es sabido, su colección no llegó a adquirir la importancia de la que tenía su hermana. Aunque la colección se halla hoy muy mermada, se conservan algunos restos: un capitel muy deteriorado, un basamento con una inscripción latina, así como otros elementos arquitectónicos. Los pocos ejemplares se muestran en la actualidad en el pórtico del palacio, aunque estuvieron dispersos por el jardín, lo que contribuía a aumentar el ambiente de ruina, que caracterizaba a estos jardines creados en la época del romanticismo.

Vegetación

Como la mayoría de las haciendas de recreo malagueñas, ubicadas preferentemente en el municipio de Churriana, la hacienda de los Ordóñez o de Nadales contaba con un jardín y con grandes terrenos agrícolas, dada la importancia de los trabajos hidráulicos y del gran valor económico otorgado a las plantaciones, valoradas en 1838 en 640 mil reales. A finales del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX las plantaciones estaban formadas por una huerta de olivos, higueras, almendros, algarrobos, viñas y un limonar, que era la principal plantación de la finca. Cuando Tomás Heredia adquiere la hacienda incrementa las explotaciones agrícolas y construye el jardín paisajista. De esta época conservamos la descripción de Lustonó, publicada en el año 1878: el coto de pinos que allí existe. En cuanto a las viñas, las hay de moscatel para pasas y de Pedro Jiménez para vino. Los olivos, almendros, higueras, algarrobos y limoneros son también innumerables; baste decir que estos últimos pasan de seis mil. Lustonó describe también las plantas tropicales del jardín:

Las Vigandias de Carracas, Bibricus de las Indias y de China, con flores dobles y sencillas; Iochromas de Nueva Granada y el Perú, Habrotamnus de Méjico, Heliotropium. Del Perú, Passiflora del Perú y Brasil, Bouvardia de Méjico, Ruselia juncea de Méjico, Poindetia pulcherrima (o flor de Pascua) de Méjico, Datura de Egipto y del Perú, Sparmania africana, Ageratum celestinum y álbum de las Antillas, Acacias de la Nueva Holanda, y otra infinidad que no citamos por no pecar de prolijos. En árboles la variedad también es inmensa, descollando los más raros ejemplares de palmeras, cuajadas de sus dorados frutos. También habla de las plantas cultivadas en los invernaderos, destacando las ananás, cuyo fruto carnoso y amarillo al par que sabroso y fragante en su estado de madurez, excita el apetito.

Lasso de la Vega afirma en sus tesis que en las exposiciones florales organizadas en Málaga en la segunda mitad del siglo XIX se citaban algunas de las plantas de San José: pándanos, cycas, dracenas, phyllodendrum, distintos tipos de tés, pimienta negra, marantas, piñas, mesembrianthemum, malva loca y otras plantas útiles (Lasso de la Vega, 2015: 69).

El mejor y más completo estudio sobre las plantas actuales del jardín de la hacienda ha sido realizado por Eva Torremocha y publicado en 1998 por la editorial Juan Ciudad. En su análisis ha observado que el jardín fue diseñado, siguiendo un modelo estructurado en varios niveles: plantas rastreras, herbáceas y leñosas, arbustos, trepadoras, árboles de menor tamaño, y árboles de gran tamaño y palmeras, entre los que destaca las siguientes: araucaria, cedros, podocarpos, cicas, magnolios, plátanos de sombra, chirimoyos, encinas, robles, almencinos, olmos, moreras, ficus, laureles de indias, nogales americanos, nísperos, cerezos, algarrobos, escotia, árbol de Júpiter, árbol de fuego, macadamia, álamo blanco, palo rosado, aligustre, jacaranda, pata de elefante, drago de Canarias, bambú, yucas, platanera, palma reina, palmera de Canarias, palmera datilera, palma real cubana, palmeto, palmito elevado, guachintonia, y monstera, entre otras.

  1. Quiero agradecer la ayuda prestada al profesor de la Universidad de Granada Adrián Contreras Guerrero

Referencias

  • AA. VV. (1875) ‘[ejemplar completo]’. El Folletín. Revista Semanal de Ciencias, Literatura, Teatros, etc., Correo de Andalucía, Málaga, número 43 (domingo, 24 de octubre de 1875) .
  • AA.VV. (1757-1792) Le pitture antiche D’Ercolano. Antichità di Ercolano. Regia Stamperia (8 vols.), Nápoles.
  • Alonso Rodríguez, María del Carmen (2004) ‘Documentos para el estudio de las excavaciones de Herculano, Pompeya y Estabia en el siglo XVIII bajo el patrocinio de Carlos III’, en C. RODRÍGUEZ ZARZOSA & J.L. JIMÉNEZ SALVADOR (ed.) Bajo la cólera del Vesubio. Testimonios de Pompeya y Herculano en la época de Carlos III, Generalitat Valenciana, Valencia. 49-81.
  • Alonso Rodríguez, María del Carmen (2018) ‘La Antigüedad al servicio del rey. La difusión del gusto pompeyano en España en el siglo XVIII’. Cuadernos dieciochistas, Ediciones Universidad de Salamanca, Salamanca, s/v (19) 105-137.
  • Bernat Vistarini, Antonio; Cull, John T. (1999) Enciclopedia de emblemas españoles ilustrados. Ediciones Akal, S.A., Madrid.
  • Camacho Martínez, Rosario (2014) José Martín de Aldehuela (1724-1802). Del ornato rococó a la arquitectura hidráulica. Fundación Málaga, Málaga.
  • Camacho Martínez, Rosario (2022) ‘Clasicismo nórdico y eclecticismo mediterráneo. Influencias estéticas en dos villas burguesas malagueñas del siglo XIX’. Revista Eviterna, Universidad de Málaga, Málaga, 11 (Marzo 2022) 38-55.
  • Casado Alcalde, Esteban (1990) Pintores de la Academia de Roma. La primera promoción. Lunwerg D.L., Madrid.
  • Davó Díaz, Pedro J. (1986) El acueducto de San Telmo. Diputación Provincial de Málaga, Málaga.
  • Elvira Barba, Miguel Ángel (1994) ‘Las antigüedades romanas en el Jardín del Príncipe y la Casa del Labrador’. Reales Sitios, Ministerio de Cultura: Instituto del Patrimonio Histórico Español, Madrid, s/v (122) 57-65.
  • Fierz-David, Linda (2007) La villa de los misterios de Pompeya. Atalanta, Barcelona.
  • García Arranz, José Julio (2017) Simbolismo masónico. Historia, fuentes e iconografía. Sans Soleil Ediciones, Bilbao.
  • García Gómez, Francisco Juan (2000) ‘Hacienda de San José. La Casa Palacio’, en Sauret Guerrero, Teresa (ed.) Patrimonio cultural de Málaga y su provincia. Volumen I: La vivienda malagueña del siglo XIX. Arquitectura y sociedad, Diputación Provincial de Málaga, Málaga. Tomo II, 1.209.
  • González Giménez, Ana (2021) ‘Bucear en la historia: Hacienda Nadales’. Revista Arteduca Málaga, s/e, Málaga, s/v (s/e) s/p.
  • Granado Hijelmo, Ignacio (1994) ‘La naturaleza jurídica de los ilustres solares riojanos’. Berceo. Revista Riojana de Ciencias Sociales y Humanidades, Instituto de Estudios Riojanos, Logroño, s/v (126) 121-138.
  • Jurado, Francisco (2015) ‘Hacienda de San José: palacio, noviciado, invernadero de hierro, colección romana y albercón. Ruta de los Palacios de Málaga’ [online]. Disponible en: <http://viajerosencortomalaga.com/067014006c32t06.html>. Consulta: 10 de enero de 2023.
  • Lasso de la Vega Westendorp, Blanca (2015) Plantas y jardines de Málaga del siglo XIX. El caso singular de la Hacienda de la Concepción. Universidad de Málaga. Tesis doctoral, Málaga.
  • Lustonó y Peláez, Eduardo (1878) ‘La Hacienda de San José’. El Campo, s/e, Madrid, año III (4) 52-52.
  • Morales Folguera, José Miguel (1986) La Málaga de los Borbones. Universidad de Málaga. Departamento de Historia del Arte, Málaga.
  • Morales Folguera, José Miguel (2000) ‘El viaje neoplatónico y su imagen en los jardines de El Retiro de Málaga’, en Víctor Míguez (ed.) Del Libro de Emblemas a la ciudad simbólica. Actas del III Simposio Internacional de Emblemática, Universitat Jaume I, Castellón de la Plana. Vol. I, 303-324.
  • Morales Folguera, José Miguel (2020) ‘El monumento de Manuel Agustín Heredia (1850). Retrato emblemático del burgués virtuoso’, en Gamonal Torres, Miguel Ángel (ed.) Entre buriles y estampas. Estudios en homenaje al profesor Antonio Moreno Garrido, Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Granada, Granada. 331-341.
  • Morales Muñoz, Manuel (2012) ‘Uso y abuso de los tópicos en la historia: La Hacienda de San José (Málaga)’. Baetica. Estudios de Arte, Geografía e Historia, Universidad de Málaga, Málaga, s/v (34) 491-503.
  • Portoguesi, Paolo (2013) Antonio Cipolla architetto del Risorgimento. Gangemi Editore, Roma.
  • Quiles Faz, Amparo (2002) ‘Eduardo de Lustonó’, en Cuevas García, Cristóbal (ed.) Diccionario de escritores de Málaga y su provincia, Castalia, Madrid. 514-516.
  • Quiles Faz, Amparo (s/a) ‘Eduardo de Lustonó y Peláez. Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia (DB~e)’ [online]. Disponible en: <https://dbe.rah.es/biografias/6014/eduardo-de-lustono-y-pelaez>. Consulta: 12 de diciembre de 2022.
  • Ramos Frendo, Eva María (2006) ‘Aproximación a las villas de recreo de la familia Heredia en Málaga’. Baetica. Estudios de Arte, Geografía e Historia, Universidad de Málaga, Málaga, s/v (28) 91-108.
  • Rincón, Wilfredo (1992) ‘Estudio iconográfico de las pinturas del Palacio de Linares’, en s/e (ed.) Casa de América. Rehabilitación del Palacio de Linares, Electa, Barcelona. s/n.
  • Rodríguez Oliva, Pedro (2020) ‘Noticias sobre epigrafía latina: a propósito de un pedestal de la Colección arqueológica de la Hacienda de San José (Málaga)’. Anuario de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo de Málaga, Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, Málaga, s/v (s/e) 192-206.
  • Romero Recio, Mirella (2016) ‘Pompeii in Spanish interior decoration’, en Hales, Shelley; Touati, Anne-Marie (ed.) Reurns to Pompeii. Interiors space and decoration documented and revived 18th-20th century, Skrifter Utgivna av Svenska Institute /ROM, 4º, 62. Acta Instituti Romani Regni Sueciae, Estocolmo. 55-74.
  • Romero Recio, Mirella (2017) ‘L’infuenza dell’antichittà romana in Spagna: lo stile pompeiano nei secoli XVIII e XIX’. Rivista di Studi Pompeiani, L'Erma di Bretschneider Srl, Roma, s/v (28) 75-88.
  • Torremocha, Eva (1998) El Jardín de la finca San José de Málaga. Fundación Juan Ciudad, Madrid.
  • Vega, Jesusa (2016) ‘Interrelaciones entre técnica y realidad en el arte de la corte borbónica: Le Antichità de Ercolano Esposte’. Ars Longa. Cuadernos de Arte, Departament d'Història de l'Art de la Universitat de València, Valencia, s/v (25) 167-179.
  • Wallace-Hadrill, Andrew (1994) Casas y sociedad en Pompeya y Herculano. Arte y Arquitectura. Princeton University Press, Princeton, NJ.

Cita

APA 7

Morales Folguera, J. (2023) Málaga. Hacienda Nadales. Historia del jardín. http://historiadeljardin.hdplus.es/malaga-hacienda-de-nadales/

MLA 8

Morales Folguera, José Miguel. «Málaga. Hacienda Nadales». Historia del jardín, Departamento de Historia del Arte, 03 2023, http://historiadeljardin.hdplus.es/malaga-hacienda-de-nadales/

Harvard 1

Morales Folguera, J. (2023) ‘Málaga. Hacienda Nadales’, Historia del jardín. Disponible: http://historiadeljardin.hdplus.es/malaga-hacienda-de-nadales/

ISO 690

MORALES FOLGUERA, J, 2023. Málaga. Hacienda Nadales [en línea], disponible: http://historiadeljardin.hdplus.es/malaga-hacienda-de-nadales/

Chicago 17

Morales Folguera, José Miguel. «Málaga. Hacienda Nadales». Historia del jardín, 03 2023. http://historiadeljardin.hdplus.es/malaga-hacienda-de-nadales/

Turabian 8

Morales Folguera, José Miguel. “Málaga. Hacienda Nadales”. Historia del jardín (03 2023). http://historiadeljardin.hdplus.es/malaga-hacienda-de-nadales/

Haga clic sobre el texto de la cita para copiar.